A pesar de que las clases comenzaron el pasado 5 de marzo en toda la provincia, varios establecimientos educativos de Ushuaia todavía no pudieron iniciar el ciclo lectivo. Esta situación no solo refleja una preocupación por la falta de infraestructura adecuada, sino también por la lentitud en las respuestas frente a las necesidades urgentes del sistema educativo. La declaración de emergencia edilicia en todos los establecimientos de la provincia, aprobada hace cinco años, no ha traído mejoras sustanciales, y hoy muchas de estas instituciones siguen sufriendo por la falta de inversión. Algunas escuelas, como la Escuela Provincial Nº 16 y el Colegio Técnico Provincial Olga B. de Arko, aún no han podido comenzar las clases.
El encargado de infraestructura escolar, Mauricio Turdo, reconoció en FM Master´s, las dificultades actuales en las escuelas de Ushuaia, pero también defendió la gestión, argumentando que los trabajos se están llevando a cabo «con responsabilidad». Sin embargo, la realidad es que la falta de previsión y la lentitud en la ejecución de obras provocan que instituciones claves aún no cuenten con las condiciones necesarias para recibir a los estudiantes. Según Turdo, algunos de los retrasos en el inicio de las clases se deben a «imponderables» que surgen en el proceso de obras, pero la crítica principal radica en la falta de anticipación. Si bien se podría argumentar que los trabajos de refacción o regularización son necesarios, también cabe cuestionar por qué no se tomaron medidas con mayor antelación, especialmente cuando el receso escolar de verano habría sido el momento perfecto para realizar estos ajustes sin interferir con el inicio de clases.
En particular, las escuelas que aún no han comenzado las clases en Ushuaia son la Escuela Provincial Nº 16 «Dr. Arturo Mateo Bass», el Colegio Técnico Provincial Olga B. de Arko, la Escuela Provincial Nº 24 «Juan Ruiz Galán», y la Escuela Provincial Nº 34. Para la Escuela Nº 16, se está llevando a cabo una intervención en la instalación de gas, un trabajo que originalmente se planteó como una simple regularización, pero que, al avanzar, descubrió más dificultades técnicas. A pesar de que se había intentado completar antes del comienzo de clases, el proceso de regularización con la empresa Camuzzi y las demoras administrativas continúan. De acuerdo con Turdo, el inconveniente surgido fue inesperado, lo que llevó a un retraso considerable en la resolución de la situación. A pesar de esto, Turdo aseguró que la obra en la Escuela 16 ya se encuentra casi finalizada y que en las próximas semanas se regularizará el servicio.
En cuanto al Colegio Técnico Provincial Olga B. de Arko, el problema parece ser el mismo: dificultades administrativas y técnicas que retrasan la reactivación de las clases. Si bien la obra parece estar avanzada, las demoras continúan debido a la necesidad de trámites adicionales con las empresas encargadas del servicio. Aunque el funcionario mencionó que se estaba «aprovechando el tiempo del receso», la crítica es evidente: los recesos escolares deberían ser precisamente el periodo para realizar estos trabajos y evitar que los problemas se arrastren más allá de la fecha de inicio de clases.
Por otro lado, la situación en la Escuela Nº 34 también plantea interrogantes. En esta escuela, además de los problemas con la instalación de gas, se han presentado filtraciones de agua, las cuales están siendo reparadas. Turdo reconoció que este es uno de los reclamos más urgentes, pero también mencionó que existen otras cuestiones por resolver. Aunque prometió que todo estaría en orden para retomar las clases, la realidad es que muchas de las instituciones siguen funcionando en condiciones precarias, a la espera de una solución definitiva que no llegue a tiempo.
La falta de planificación adecuada y de respuestas rápidas sigue siendo una constante en el sector educativo provincial. La dificultad administrativa, según Turdo, es una de las principales causas de los retrasos. Sin embargo, este tipo de explicaciones no parecen ser suficientes cuando se habla de la educación de los niños y jóvenes de la provincia, cuyo derecho a un comienzo de clases puntual se ve comprometido por la falta de infraestructura adecuada.
La situación es especialmente crítica en una provincia con tantas dificultades climáticas y geográficas como Tierra del Fuego, donde las temperaturas extremas requieren una pronta respuesta a los problemas de calefacción y gas en las instituciones. El hecho de que se necesite de una larga cadena de trámites administrativos para resolver problemas simples como la calefacción o el gas, o de intervenciones urgentes en las instalaciones, es una muestra de un sistema que, lejos de estar preparado para actuar rápidamente, sigue lidiando con demoras y deficiencias.
Es necesario que se reflexione sobre la manera en que se gestionan los recursos y las obras de refacción en el ámbito educativo, y que se tome en cuenta la urgencia de estas intervenciones para evitar que el ciclo lectivo se vea constantemente interrumpido por problemas edilicios.
