El crimen ocurrió en San Juan. La policía detuvo al asesino, pero también arrestaron a la mujer, quien denunció violencia de género.
En la provincia de San Juan, un hombre mató al amante de su esposa, Rubén Quiroga. El asesino fue identificado como Luis Alfredo Montaño, quien quedó detenido. Sin embargo, se cuestiona falta de perspectiva de género por parte de la Justicia porque también arrestaron a su pareja, Glenda Nabila Aciar.
La mujer quedó detenida por “homicidio doblemente agravado”, por la “alevosía” y por la relación que mantenía con el hombre asesinado. En ese sentido, su defensa destacó que ella sufría violencia por parte de su marido y pidió que se trate al caso como un femicidio vinculado. Ante el juez, Nabila Aciar denunció abusos y violencia de género por parte de su esposo.
“Mi clienta siempre fue víctima de la violencia de Montaño. La agredía constantemente por cualquier motivo, la maltrataba y hasta la llegaba a patear en el suelo”, relató uno de sus abogados, Juan Fonzalida, al medio local Tiempo de San Juan. Su relación comenzó de niños, se pusieron de novios a los 15 años y tuvieron una hija.
En esa línea, explicó: “El detonante fue un mensaje de texto que recibió de parte de Quiroga. Por esto, el marido no solo la golpeó como siempre sino que también le destruyó el celular y se quedó con el chip“. Esto sobre un día que Montaño le revisó el celular a su esposa.
Cómo habría ocurrido el asesinato del amante de la mujer
Según la defensa de Nabila Aciar, el acusado se hizo pasar por su esposa y citó al amante. Cuando el hombre apareció en el lugar y quiso abrazarla a ella, lo habría golpeado con un golpe en la nuca con un fierro. Una vez inconsciente, lo habría trasladado hasta un basural.
Allí, encendió una hoguera. “Te vas a quedar a ver cómo se quema tu macho“, le habría ordenado el acusado cuando la mujer intentó irse. En ese sentido, el letrado agregó:”Creemos que Glenda también pudo ser asesinada si no hacía lo que Montaño le pedía”.
Tal como aseguró la defensa de la mujer, a la mañana siguiente, Montaño llevó nuevamente a su esposa al lugar donde prendió fuego al hombre. Entonces, la habría obligado a guardar los restos de Quiroga en una caja y deshacerse de ellos en el pozo ciego bajo un inodoro en su casa.
Mientras el crimen se mantuvo oculto, el acusado habría seguido castigando a la mujer por la infidelidad. Al respecto, el abogado contó que le exigió que “se cortara el pelo ‘a la papa’ para que ningún otro hombre, excepto él, se interesara por ella”.
Al presentarse la policía en su casa, Nabila Aciar se quebró y confesó lo que habría ocurrido. “Él era la persona con la que tenía una aventura, la trataba bien. Ella no tenía ningún tipo de móvil en su contra ni intenciones de matarlo. Sin embargo, no puedo decir lo mismo de Montaño que por celos le quitó la vida”, argumentó el letrado.
Fuente Mitre.
