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Ushuaia sigue teniendo al gimnasio “Cochocho” Vargas como hospital

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Mientras las autoridades están ocupadas en las elecciones PASO del 12 de septiembre y en las generales del 14 de noviembre, el HRU lleva 20 días cerrado.

El 7 de julio el fuego causó importantes daños en la estructura del único hospital público capitalino y pese a que el Gobierno se comprometió a redoblar esfuerzos para reabrirlo, solo al personal del nosocomio se le otorgó la tarea de limpiar los escombros y reacondicionar lo rescatable. “Estamos cansados y decepcionados porque no podemos avanzar. No nos dan recursos y somos muy pocos” – manifestaron los empleados con preocupación. “Con suerte el miércoles (por mañana) se reabriría Maternidad, en el ala antigua del edificio. Para el resto va a pasar tiempo porque hay sectores directamente sin techo” – agregaron.
Mientras las autoridades están ocupadas en las elecciones PASO del 12 de septiembre y en las generales del 14 de noviembre, el HRU lleva 20 días cerrado.

Desde el miércoles 7 de julio la capital de Tierra del Fuego se quedó huérfana de hospital y con el único establecimiento privado con internación, el Sanatorio San Jorge, saturado por la demanda. El viejo hospital naval no cuenta ya que apenas tiene cuatro camas sin complejidad.
Ante este panorama, es hoy un gran salón destinado a la práctica de distintas disciplinas deportivas y acondicionado en 2020 por la Municipalidad de Ushuaia como hospital de campaña para acoger a pacientes con sintomatología leve de COVID – el “Cochocho” Vargas – el hospital en el que deben permanecer internados quienes sufren de todo tipo de patologías.
Personas recién intervenidas quirúrgicamente, mujeres en trabajo de parto, niños o enfermos de coronavirus, pacientes de Salud Mental y eventuales víctimas de siniestros viales, son acogidos en una cancha de fútbol devenida en el hospital de la Ciudad Más Austral del Mundo.
Y si pensar que hoy un polideportivo es el hospital general de una localidad con más de 70 mil habitantes, asusta imaginarse qué hubiera ocurrido si Ushuaia ni siquiera hubiera contado con el improvisado hospital de campaña, creado en el año de mayor recrudecimiento del COVID, pero solo para pacientes con esa enfermedad pandémica…

Para colmo de males, pasará largo tiempo hasta que el viejo y nunca bien mantenido nosocomio “Gobernador Ernesto Campos”, vuelva a abrir sus puertas, según informaron los propios trabajadores que desempeñan tareas en las tiznadas paredes “del hospi”, como lo llaman quienes allí cumplen algún tipo de función.
Apenas algunas áreas, como Maternidad y Laboratorio podrían reabrirse mañana miércoles 28 de julio, por ser una de las menos afectada por lejanía con el foco del incendio, la primera y por necesidad, la segunda.
En lo que respecta a lo demás, los trabajadores relataron que “se está atando todo con alambre. Nos mandaron a dar una lavada de cara pero no podemos hacer demasiado porque no nos asignan recursos y porque somos solo nosotros los que estamos limpiando, reordenando, arreglando o trasladando mobiliario. Aunque los funcionarios dijeron que iban a invertir en el hospital, no han contratado a nadie para que ayude en las tareas y las dificultades para comprar materiales persiste. Esto nos lleva a pensar que pasará bastante tiempo hasta que realmente la gente vuelva a tener el hospital a su servicio”.
Consultados sobre las tareas que hasta el momento se han efectuado, respondieron a Diario Prensa Libre, que “se puso el énfasis en uno de los aspectos más deficientes que arrastraba el hospital y que es el de las conexiones eléctricas. Con la incorporación de dos grupos electrógenos ya se puede al menos contar con suministro de energía, pero solo para salir del paso porque resultará imprescindible hacer de cero toda la instalación. Tableros vetustos, cableado viejo y reseco, parches sobre parches, llaves térmicas obsoletas tendrán alguna vez que ser reemplazados por un tendido nuevo, inteligente y adecuado a las necesidades de un establecimiento de salud”.
Consultados acerca de cómo está el hospital hoy, los empleados respondieron que “apenas algunos sectores como el de Maternidad, que está ubicado en el ala fundacional del edificio y lejos de donde empezó el fuego, está en condiciones de reabrirse, probablemente mañana miércoles 28 de julio. O el Laboratorio en donde hemos trabajado mucho también porque se necesita con urgencia que funcione. En cuanto a lo demás habrá que esperar mucho tiempo, porque para que la gente tenga una idea, hay grandes extensiones de techo que ya no están más y por ende, tampoco lo que había debajo. Lo que causa indignación es que la ciudad seguirá sin hospital hasta vaya uno a saber hasta cuándo porque sin inversión ni contratación de gente, es lógico que todo se demore mucho más”.
Finalmente, los entrevistados
denunciaron una suerte de persecución cuando realizan sus tareas: “Pusieron personal de seguridad las 24 horas y están atentos a ver qué hacemos. Si alguno saca su celular te están mirando a ver si tomas fotos. A algunos compañeros que intentaron hacerlo, les llamaron la atención. Parece que la orden es que no trasciendan fotos ni filmaciones de cómo está el hospital hoy… ¿Por algo debe ser no?. Si estuvieran orgullosos de cuánto se avanzó, seguro no tendrían problema en mostrar todo, pero no es el caso. Hoy están todos los funcionarios ocupados en las elecciones y en sus candidatos”.


Diario Prensa