De origen mapuche, tras el conflicto bélico Alfredo Nahuelquir se instaló en las montañas de Cushamen, en Chubut. El martes, él y otros tres ex combatientes recibieron sus medallas confeccionadas en la década del 90 que por diversas razones no habían llegado a sus manos. En un relevamiento del 2016 se descubrió que Nahuelquir no tenía ningún reconocimiento del Estado Argentino. El acto fue en la localidad de Tecka.
Entre los héroes que combatieron en la guerra de Malvinas, hubo muchos con raíces en pueblos originarios. Uno de ellos fue el mapuche Alfredo Inocencio Nahuelquir, que esta semana, a 37 años del conflicto bélico, recibió su merecido reconocimiento.
Nahuelquir participó como soldado conscripto del Comando de la Brigada Mecanizada IX. Después de 1982 se instaló en una vivienda humilde apostada en la montaña. Con Cushamen como el pueblo más cercano a su casa, decidió aislarse de todo.
Apartado, distante, con el tiempo logró construir lo más preciado, su familia. Hoy está casado y es padre de tres hijos.
En un relevamiento del 2016 encabezado por el también veterano Gustavo Mustoni (combatió con el Regimiento 6), un referente entre sus compañeros y siempre preocupado por los que compartieron la turba malvinense, se descubrió que Nahuelquir no tenía ningún reconocimiento del Estado Argentino. Se propuso en consecuencia, trabajar sobre ello. Su meta al fin se cumplió esta semana.
El pasado 2 de abril se realizaron a lo largo y ancho del país distintos actos de conmemoración por el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de las Malvinas. En la localidad de Tecka, a 500 kilómetros al oeste de Rawson, Chubut, se llevó a cabo uno muy especial. Allí, Nahuelquir y otros tres héroes fueron condecorados.
Además de Nahuelquir, en un encuentro cargado de emoción a la vera de la Ruta Nacional 40, en el Monumento al soldado Ricardo Andrés Austin, honraron a Agustín Mendoza, de Alto Río Percy; Daniel Espósito, de Esquel; y Florentino Panellao, de Trelew.
A los ex combatientes les entregaron las medallas condecorativas que otorgó el Congreso de la Nación en los años 90 a los veteranos de guerra y que por diversas razones no habían llegado a manos de sus dueños.
Panellao explicó que en su caso, cuando hizo los trámites de la pensión se enteró que figuraba en el libro de los desaparecidos. «Era el número 566», recordó. Según contó, la medalla se liberó en el ’93 pero nunca llegó a sus manos. Los caminos los llevaron a encontrarse recién el último martes, luego de 27 años. «He recuperado un poco de identidad», sostuvo.
De la ceremonia oficial en la ciudad cabecera del Departamento Languiñeo, al sur de Esquel, formaron parte el gobernador de la provincia patagónica, Mariano Arcioni, el Coronel VG Jorge Gustavo Zanela Jefe del Departamento Veteranos de Guerra del Ejercito y el General de Brigada Néstor D’Ambra, comandante de la IX Brigada Mecanizada.
(Infobae)
Noticia original de Critica Sur