Argentina

Hacer una parrillada para cuatro personas ronda los 2.500 pesos

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Cae el consumo, pero los precios de la carne siguen por las nubes. 

En medio de una crisis económica que cada día se profundiza más por la pandemia de coronavirus, la tradición de hacer asado resulta insostenible para el bolsillo de muchos argentinos. Según fuentes consultadas por Crónica, si a la comida típica asisten cuatro comensales, hay que desembolsar entre $1.700 y $2.000.

De acuerdo con lo difundido por el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (Indec), la carne aumentó 69,05% a lo largo de 2020. Sólo en diciembre, el asado subió 28,5% y el kilo llegó a $528,67.

Después del asado de tira, lo que más se encareció fue el vacío (86,8%) y el matambre (85,5%), los tres cortes que el gobierno promocionó durante tres días de diciembre con una rebaja del 30% tras llegar a un acuerdo con el Consorcio de Frigoríficos ABC para las fiestas.

Hacerse un asado, un golpe al bolsillo. (Pablo Villán/Crónica)

«El tema de la carne está complicado porque ha aumentado demasiado. Hoy, hacer una parrillada para cuatro personas alcanza los $2.000″, manifestó en diálogo con este medio Vicente, carnicero desde hace 36 años ininterrumpidos en su local ubicado en el centro de la localidad bonaerense de Lanús.

En tanto, detalló que «no es tan caro si se compara con los precios que manejan las cervecerías», donde los clientes se gastan $500 como mínimo. «Los cortes que más se venden son el rosbif y la paleta. Mientras que los más caros se han dejado de comercializar, como el peceto o la colita de cuadril», concluyó. Crónica recorrió diferentes carnicerías y pudo constatar que el kilo de tira de asado ronda entre $500 y $700, el de vacío alcanza los $740, la tapa oscila entre $480 y $550 y la falda se puede conseguir a $300.

El almuerzo de los domingos cuesta cada vez más. (Pablo Villán/Crónica)

Para graficar el incremento, si una familia de seis integrantes quiere realizar una parrillada básica, sin contar con achuras, provoleta, chorizo, morcilla o longaniza, que contiene dos kilos de asado, un kilo de vacío y un kilo de pollo, les demandaba en diciembre de 2019 unos $930. El mes pasado, si ese hogar replicó la compra debió haber gastado un 105% más.

Para abajo

En la Argentina, el consumo de carne vacuna cayó a su mínimo histórico en 2020, unos 49,7 kilogramos por persona, producto de la caída del poder adquisitivo y una apertura hacia la carne de pollo y de cerdo. El pico de consumo promedio de carne vacuna en el país, que junto a Uruguay comparte el podio mundial por persona, se había dado en 1956, al tocar los 100,8 kg, según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de Argentina (Ciccra).

«Venimos cayendo en el consumo de carne vacuna de manera paulatina y lenta. Es probable que terminemos en consumos parecidos a los de países desarrollados», argumentó el presidente de la Ciccra, Miguel Schiariti, en referencia a consumos más moderados de ese tipo de carne como el de Estados Unidos (35 kilogramos por persona) o la Unión Europea (20 kilogramos). Actualmente, el país exporta el 28,9% de lo que produce (frente a un 8% en 2015) y el 71,1% lo consume internamente, sobre una producción más alta, de 3,17 millones de toneladas, la tercera producción vacuna más alta en los últimos 25 años.

Control de precios

El ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo, expresó que desde el gobierno estiman que «si hay un rebrote» de coronavirus en las próximas semanas «se tomarán medidas sociales excepcionales». En ese sentido, señaló que tienen pensado buscar acuerdos para que el precio de la carne sea más accesible. «Así como trabajamos con los precios del pan y la leche, vamos a avanzar con la carne, para ayudar al bolsillo de los más pobres», precisó. En diciembre pasado se vendieron los cortes de asado, vacío y matambre con un descuento del 25% respecto del costo en los mostradores, pero la oferta solo duró hasta Navidad.

Por Francisco Nutti @franNutti