El agresor fue identificado como Juan Pérez Miranda, de 67 años y el agredido, Rafael Andres Ibañez, de 45 años.
Una persona le recriminó a otra haberse estacionado frente a una rampa de discapacitados, frente al ex Casino Club en calle Maipú y ésta lo golpeó con un palo en la cabeza que llevaba detrás del asiento de su camioneta. El sujeto fue notificado de Derechos y Garantías y la víctima, atendida en el HRU.
Un acto de absoluta locura se produjo en Ushuaia, el jueves 14 de diciembre, cuando Rafael Andrés Ibañez le llamó la atención al conductor de una camioneta Volkswagen Amarok de color gris metalizado, luego identificado como Juan Pérez Miranda, porque éste se había estacionado frente a una rampa destinada a personas con discapacidad.
El hecho fue registrado fílmicamente, observándose como el conductor de la camioneta se dirige hacia el vehículo, retira un fierro, corre hacia su interlocutor y lo descarga con violencia sobre él. A raíz de la agresión Ibañez debió ser atendido en la guardia del Hospital Regional Ushuaia, en donde se le certificaron lesiones en la cabeza.
El damnificado refirió entonces lo ocurrido a personal policial de la comisaría 1era, cuyos integrantes del Servicio de Calle se abocaron a la tarea de dar con el sujeto de proceder demencial. En un eficaz accionar los efectivos lograron rápidamente localizarlo y munidos de las correspondientes órdenes de allanamiento domiliario y vehicular, procedieron al secuestro de elementos que lo comprometen en forma determinante.
Entre dichos elementos se pudo secuestrar la ropa con la que se lo ve en los registros fílmicos al agresor y también un caño oxidado de aproximadamente medio metro de largo, del tipo que se utiliza en las instalaciones de gas, que Miranda transportaba en la parte trasera de uno de los asientos de su vehículo.
En consecuencia el titular del Juzgado de Instrucción Nro. 3, Federico Vidal dispuso que se notifique a Juan Pérez Miranda, de Derechos y Garantías procesales, que se le actualice el legajo prontuarial con la toma de huellas dactilares, con estricta prohibición de acercarse a la víctima.
FUENTE: DIARIO PRENSA
