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“Creí que mi mujer se moría asfixiada mientras esperábamos la ambulancia”

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El esposo de una joven mujer con COVID, denunció falencias en el sistema de atención a los pacientes que piden auxilio desde sus domicilios cuando se les complican los síntomas.

Un vecino de Ushuaia, cuya identidad pidió que se reserve debido a que se encuentra cursando la enfermedad infecciosa actualmente, se comunicó telefónicamente con Diario Prensa Libre para expresar con gran angustia “el momento dramático que vivimos mi hijo y yo cuando mi señora, positiva para Covid, estuvo a punto de morir asfixiada, sin que pudiéramos hacer nada por ella más que rogar que llegara alguna vez la ambulancia”.
El dramático relato fue efectuado por Marcos, quien contó que “hace unos días atrás mi esposa, que sufre de diabetes, comenzó a sentir que le faltaba el aire, por lo que llamé a alrededor de las 11.30 al 107 para explicar la situación y pedir que vinieran a asistirla. Junto a mi hijo la llevamos inclusive al patio y la sentamos en una silla para ver si al estar al aire libre podía respirar mejor, pero no resultó. Intentaba tomar aire pero eran inhalaciones muy cortitas y parecía que no le llegaba a los pulmones. Estabamos desesperados. Victoria tiene antecedentes de diabetes por lo que me preocupaba mucho su situación, ya que con el correr de los minutos iba desmejorando mucho. Insistí unas 6 o 7 veces y siempre las personas que me atendían me decían lo mismo `En 20 minutos ya llega…”, hasta que al fin, con mi mujer con un hilo apenas de respiración, llegó la ambulancia a mi casa a las 18.30 ¡7 horas después!. La médica ni bien la vio dijo que era urgente que la internaran así que se la llevaron”.
Por último, Marcos agregó: “Los médicos me dijeron que ella se está recuperando lentamente así que confiamos en que pronto pueda volver a casa. Nuestra experiencia con el 107 fue propia de una película de terror por eso decidí hacerla pública para pedirle a las autoridades sanitarias que hagan algo al respecto. Ninguna persona debería tener que pasar por lo que nosotros vivimos. Tienen que organizar mejor las cosas y dar una respuesta rápida a las urgencias. Mi esposa está viva, peleando por su vida pero la historia pudo terminar de una manera distinta…”.
Actualmente Marcos continúa en situación de aislamiento junto a su hijo adolescente y espera confiado en que pronto pueda volver a reunirse toda la familia.

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