a desembocadura del Río Lainez, ubicada en las costas del Océano Atlántico al sur de los restos del Desdémona; es testigo de un preocupante y reiterado escenario que llama la atención y genera preocupación, por la pesca ilegal con redes sin control por parte del gobierno provincial.
A pesar de la gravedad de la situación, las autoridades del Ministerio de Producción y Ambiente de la Provincia vienen demostrando inacción año tras año, lo que ha llevado a una falta de control significativa en esta zona. Uno de los problemas más notorios es la presencia de vehículos que circulan sin restricciones por las costas, generando contaminación y perturbando el entorno natural. Además, la pesca se lleva a cabo pesca ilegal con redes.
Esta falta de supervisión por parte del Estado vienen dado lugar a un ambiente caótico en el que pareciera que «todo se puede hacer» sin consecuencias.
Resulta imperativo recordar el incendio que ocurrió en febrero del año pasado, desatado por un fuego mal apagado que devastó una parte considerable de la zona. Este incidente evidencia la incapacidad de la Secretaría de Medio Ambiente de la Provincia para ejercer un control efectivo sobre los recursos naturales y su falta de capacidad de supervisión y fiscalización para prevenir estos eventos que, una vez ocurridos, solo desencadenan discursos de lamentos y demandas de responsabilidad.
La pregunta que surge en medio de esta preocupante situación es: ¿dónde reside la responsabilidad de aquellos que deben velar por la preservación de estos espacios y ambientes naturales, de los cuales deberíamos considerarnos testigos privilegiados?.
Es responsabilidad y obligación que las autoridades tomen medidas efectivas para proteger este ecosistema único y poner fin a la impunidad que parece imperar en la desembocadura del Río Lainez.
