Se conocieron algunos puntos del recorrido hacia este brutal asesinato. Los restos de la mujer, no tenían ni una gota de sangre…
Estremecedores detalles del crimen del fiscal femicida que mató a su esposa en ritual satánico: «El cuerpo no tenía una gota de sangre».
Andre Pinho, un fiscal reconocido por luchar contra el crimen organizado en Belo Horizonte, Brasil, sobornó a los médicos para que trucharan la causa de muerte de la mujer. Luego de la necropsia realizada por el Ministerio Público, se constató el asesinato.
El fiscal André Luiz Pinho fue acusado de ser el autor del femicidio de su esposa, el cual causo el estupor de todo Brasil, al saberse que el aberrante asesinato fue cometido en un macabro ritual satánico en el que los investigadores se dieron cuenta de que la mujer «no tenía gota de sangre».
Según detallaron los forenses, sólo pudieron recolectar 25 mililitros de sangre del cuerpo de la víctima. «Una mujer de peso normal tiene un promedio de 5 o 5 litros y medio de sangre en su cuerpo», explicó el forense Marcelo Mares Castro.
Gracias a este dato, los forenses no dudaron en que el asesinato fue cometido mediante una especie de ritual satánico, por el cual el femicida extrajo casi toda la sangre de su esposa, identificada como Lorenza de Pinho de 41 años, con quien estaba casado desde hace 20 años.
Una de las razones por las cuales Pinho es el principal sospechoso del femicidio tiene que ver con que la agenda del fiscal tenía dos contactos de cursos de tanatopraxia, una técnica para la conservación de cadáveres, basada en el intercambio de sangre por sustancias sintéticas.
Pese a las pruebas, Pinho negó el asesinato ante la Justicia, así como también los médicos que ese día fueron a la casa donde ocurrió el horroroso hecho. Los dos médicos habían firmaron un certificado de defunción falso para proteger al fiscal.
La reconstrucción de los hechos
La pareja vivía en el barrio Buritis, en Belo Horizonte y, según la Fiscalía que investiga el caso, entre la noche del 1 y la madrugada del 2 de abril, André envenenó a Lorenza, con quien estaba casado hace más de 20 años y tenía 5 hijos, y luego la hizo beber cachaça para que la mezcla entre la medicación y el alcohol sea letal.
Sin embargo, la mujer todavía estaba con vida, por lo que el fiscal la ahorcó con sus manos y luego llamó a un hospital y pidió ayuda.
Por su parte, el médico que llegó a la escena encontró a Lorenza en una «rigidez cadavérica» según datelló, pero en el expediente, el médico firmó que el cuerpo de la víctima todavía tenía actividad eléctrica, aunque sin pulso.Las cámaras de seguridad registraron el momento en que el asesino ingresó a su departamento con una botella de cachaça.
La investigación encontró que la información era falsa, ya que, según informaron, el médico no contaba con el equipo para realizar el diagnóstico.
Además, el médico también mintió al describir que la víctima se habría atragantado con su propio vómito. Para que el falso certificado tenga mayor validez, los dos llamaron a un segundo médico que certificara todo y permita que cuerpo de Lorenza sea incinerado para ocultar las pruebas.
Todo parecía salirle a favor al macabro femicida, hasta que afortunadamente otro fiscal sospechó de lo sucedido y exigió que la mujer no sea incinerada hasta que su cuerpo fuera sometido a una necropsia.