Sociedad

De las empanadas de perro a los cubanitos con somniferos en TDF

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Desde hace un par de semanas las redes sociales se viralizaron informaciones sobre la supuesta venta de empanadas con carne de perro en Rio Grande y ahora es la denuncia por el reparto de cubanitos a menores con somníferos en Ushuaia. 

En el primero de los casos, fue luego que se viralizó una imagen de un local no habilitado de venta de empanadas en el que supuestamente se veia un «perro» faenado para usar su carne de relleno. 

Las fotos se difundieron ampliamente en las redes sociales y generaron una ola de rechazo de miles de personas. Rápidamente, el dueño del local salió a desmentir la situación ante las consecuencias de semejante viralización. 

El comerciante aclaró que el animal que se veía en la foto era un ternero. El problema es que se mezcló esa foto del animal faenado junto a otras de ofertas de empanadas que habia realizado en las redes sociales. 

“La foto es un ternero, no un perro. Quién podría publicar la foto de un perro así”, escribió el hombre. 

Además, aclaró que se trataba de un animal que había faenado para su consumo personal, no para el relleno de las empanadas. 

“Nos duele en el alma todo lo que se dijo”, finalizó el comerciante. 

Ahora en Ushuaia cubanitos con sonmiferos: Una mujer denunció ante la policía, que en inmediaciones de la Escuela 22 cuando volvía a su casa con sus dos pequeños de 4 y 6 años, y se encontraron con un hombre y una mujer que le obsequiaron esta confitura rellena. 

«Terminamos los tres en la guardia, sentía que se me adormecía toda la lengua, la nuca, la cabeza», narró. «Nos pasó a nosotros tres con mis hijos, fue el viernes 23 tipo a las 17. Me estaba yendo a mi domicilio, me cruzo con estas dos personas y me pidieron una ubicación porque no eran de acá. Fue por Congreso Nacional donde esta el Jardín Chowen, salieron al costado del Chorrillo, calculo que tendrían unos 40 y pico, eran un hombre y una mujer», relató la mamá y víctima en diálogo con «El Angel de la Radio» por FM Espectáculo. 

Manteniendo su identidad en reserva la mujer amplió con que luego de indicarles como llegar al destino por el que le consultaban, «ahí me dicen que estaban vendiendo unos cubanitos rellenos con dulce de leche, pero como se iban el sábado se los estaban regalando a todos los niños». 

«Les dan a mis dos hijos de 4 y 6 años y me dan uno a mí. Mientra seguíamos caminando me dicen «probalo, probalo»: lo pruebo e inmediatamente se me empieza a adormecer toda la boca, me empiezo a marear. Me paro y les digo a mis hijos que lo escupan, que no lo coman. Atiné a irme a la casa de una amiga y después fui a la guardia del hospital; en pediatría mi hija de 6 años sentía lo mismo, con hormigueo en la boca», precisó. 

La madre indicó que en la guardia del HRU se hicieron el toxicológico y les dio negativo de cocaína o cannabis. Por lo que los médicos que los atendieron consideraron que podía tratarse de «una reacción alérgica». «Si llega a ser un fármaco no salta en el análisis, la doctora me dio betametasona y me dijo que tomarámos mucha agua, porque si es un fármaco se expulsa por la orina. Pero yo se la peleé a la doctora, porque yo sentía que se me adormecía toda la lengua, la nuca, la cabeza», aseguró. 

«La policía todavía no los pudo localizar»: La denunciante contó que una semana después de este hecho que vivió en carne propia junto a sus pequeños, estos mismos individuos volvieron a aparecer con los cubanitos, situación que fue avistada por otra hija suya de 13 años. Y fue quien alertó a varias criaturas que no aceptaran el «regalo». 

«Ella estaba en el playón del Barrio Libertador, me llama y me manda la foto de estas personas que se acercaron y le quisieron regalar a ella también. Como ya sabía lo que había pasado, ella les dijo a los demás chicos que no los recibieran, le estaban ofreciendo a nenes de 6, 7 años, también estaban ofreciendo en viviendas de la zona», dijo. A raíz del peligro latente, la mamá procedió a hacer la denuncia policial y suministró las fotos de la pareja en cuestión. 

«La policía me dijo que todavía siguen con el tema, y todavía no los pudieron localizar», continuó. «Jamás la vi a este gente, ellos me preguntaron si yo era nacida acá, les dije que sí. Después de esto me agarró un pánico, al otro día me levanté media cansada, con la boca toda amarga, nos dormimos los tres. Lamentablemente hay que desconfiar, no puede ser que estén regalando a niños, es muy raro. Es de no creer», expresó la denunciante.  

cronicasfueguinas.