Sociedad

“Con las turras villeras no existe la violencia de género”: los denigrantes posteos del “Jeffrey Epstein verdulero” que filmaba menores y subía las fotos a un sitio porno

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Alejandro Blanc Pardo, comerciante de motos y dueño de una verdulería, está acusado de someter junto a amigos cómplices a decenas de adolescentes de la zona oeste con publicaciones en un reconocido sitio. La fiscalía del caso busca a las víctimas para que declaren

Alejandro Blanc Pardo, sin dar su nombre completo o su cara, apenas con fotos de su miembro al que comparaba siempre con un desodorante, se convirtió en una estrella de culto de uno de los sitios de porno amateur más populares de la Argentina. Había posteado allí durante años, al menos desde 2018, con picos notables de actividad: otros usuarios le hacían tributos y homenajes, con casi siete mil seguidores registrados para sus dos perfiles de rango avanzado y gold, con más de cien mil visitas a sus imágenes.

Ofrecía sexo swinger junto a su mujer con encuentros en la zona oeste, y buscaba contacto con otros fiesteros. Pero lo que el comerciante de 46 años más mostraba eran sus aparentes conquistas: chicas poco más que adolescentes, a las que mostraba en situaciones sexuales denigrantes, penetradas sin protección por él o por sus amigos, tras hacerlas posar sobre sus muebles, por lo general en su departamento de la calle Emilio Castro en Haedo, casi siempre con un sillón rojo de cuerina como escenario.

Los sillones rojos empleados en las escenas.

Y así construyó su fama. Blanc Pardo, dedicado al negocio de la venta de motos y a la verdulería, fue “el hombre del sillón rojo”. Se jactaba en privado de ser “el Jeffrey Epstein argentino”, de aprovechar, tal como su héroe estadounidense, la vulnerabilidad de sus víctimas para someterlas. A algunas les ofrecía trabajo en su comercio de motos de Castelar, hoy vacío, o en su verdulería.

No hay cifra de sus víctimas, se sospecha que son decenas: Blanc Pardo conservaba una lista en una hoja cuadriculada en un cajón en su departamento, entre disfraces de lencería erótica, dildos y cámaras profesionales. Una víctima de 19 años lo denunció en 2020. Aseguró que había comenzado a atacarla a los 15. Blanc Pardo ya tenía una condena previa, constató la Justicia: en 2017 lo habían sentenciado por violar a una menor.

Sin embargo, no se detuvo.“El sillón rojo” llegó a Internet al año siguiente.

Dildo y cámara incautados por la Policía Bonaerense.

Ayer, la Dirección de Investigaciones Contra El Crimen Organizado de la Policía Bonaerense lo detuvo en la esquina de su casa junto a su pareja de 46 años, que aparece a lo largo de sus publicaciones para la oferta swinger, tras cientos de horas de intervenirles los teléfonos a ambos. Le encontraron un arma en el auto, además de un cajón de mandarinas.

La causa de la Ayudantía Fiscal Delitos Conexos a la Trata de Personas, Pornografía Infantil y Grooming de la fiscal Lorena Pecorelli y el fiscal Marcos Borghi está lejos de terminar: la fiscalía no solo busca a sus cómplices, que ocultan la cara en los posteos en donde se los ve mientras someten a las jóvenes a las que exponen de frente. También buscan a las víctimas mismas para que declaren.

Son parte de la causa varias comunicaciones y ofertas sexuales. La explotación de la vulnerabilidad es la norma. Hay uno en particular que llama la atención: “Tengo una cumbiera bien cabeza, con amigos cacos, con hermana de 13 años embarazada, padres ausentes y borrachos. Su madre limpia casas, su hermano preso por chorro, vive en Rafael Castillo, cien por ciento villera, pasa muchas necesidades y me aprovecho de ella. Me obedece en todo y se deja coger por mis amigos cuando se lo ordeno. También le doy unos sopados porque así les gusta a estas negras villa. Con las turras villeras no existe la violencia de género”, afirma Blanc Pardo en un chat que se le atribuye.

Luego, la ofrece: “¿Quién quiere hacerle doble penetración a la villera?”

Cuerpo a tierra: Blanc Pardo tras ser detenido por la Bonaerense.

Hay más. “Otra nueva amiga wachiturra. 100% villera. Notarán x su expresión q le dolió un poco mucho”, escribe en la red social porno como preámbulo antes de una escena de sometimiento.

“Reposteo a mi empleada de limpieza. Ella wachiturra villera, muy callada, tímida, de pocas palabras. Cuando viene a casa la invito a comer, viene con hambre siempre pobrecita. Miren sus costillitas”, se regodea Blanc Pardo. Lo que sigue son 30 fotos de una joven delgada, que posa en los muebles y luego es supuestamente abusada, primero por un hombre, luego por dos al mismo tiempo.

El acusado continúa, en un texto que se le atribuye: “No es joda, apenas subsiste ella y su hijito. Por eso está muy agradecida de ser mi doméstica. Pero siempre está dispuesta a ponerse en cuatro, ella agradecida de recibir pija, ya que se cree poco atractiva. Y más que agradecida por los almuerzos que la invito. Es obediente cuando tiene hambre, o sea, ¡siempre!”

Los hombres en las fotos ocultan sus caras. A la víctima se la puede ver perfectamente.

La lista encontrada en el allanamiento.

En otro posteo con el sillón rojo como escenario comenta: “Es venezolana, escapó de la miseria y el hambre en su país. Su marido quedó en Venezuela mientras ella se establece en nuestra hermosa patria. Siempre estoy dispuesto a darle una mano a nuestras hermanas latinoamericanas. Ella al llegar estaba muy flaca, me encargué de alimentarla… con mi pene”.

La fiscalía del caso ofrece que las víctimas se contacten con los investigadores para tomar su testimonio y brindar apoyo y contención. Su dirección de mail es: ayudantiadelitosconexos.lm@mpba.gov.ar

Fuente Cronicas fueguinas.