¿Cómo funcionan los stickers políticos? ¿Los dirigentes los usan? ¿Benefician o perjudican su imagen? El terreno de los stickers de Whatsapp se convirtió en un lugar donde dirigentes de distintos espacios políticos pueden ser difundidos con adhesión, rechazo o en tono jocoso. Página|12 analizó el impacto de su utilización y rastreó cómo se llevan con el mundo de las pegatinas virtuales desde el gobernador bonaerense Axel Kicillof hasta el diputado del Pro Cristian Ritondo.
«Los stickers en la mensajería instantánea, como los memes en las redes sociales, apelan a la potencia de la imagen icónica. Se constituyen como mensajes que, como los chistes, no hay que explicar. De manera instantánea contienen humor, sarcasmo y apelan a la sagacidad de cierto capital cultural para comprenderlos», explicó en diálogo con este medio Leonardo Murolo, doctor en Comunicación y director de la Licenciatura de Comunicación Social en la Universidad Nacional de Quilmes.
Para el especialista en comunicación, «los stickers políticos también involucran la ideología y burlarse de aquello que a la vez muchas veces nos preocupa» y destacó que «en años electorales sirven para posicionarnos en conversaciones interpersonales o en grupos, distender las tiranteces en medio de discusiones o incluso como un elemento más de persuasión recalcando alguna dimensión de la personalidad, valor o falta, de los políticos o candidatos representados».
El campo de los stickers puede generar distintos efectos en los dirigentes. Mientras algunos son utilizados para realzar o reivindicar su función, otros utilizan algún elemento menor o cliché para burlarse o generar estereotipos. Así aparecen stickers de figuras del peronismo con choripanes, chistes fáciles con los nombres de las y los dirigentes y hasta frases icónicas.
Sobre este punto, Murolo remarcó que «la premisa parece ser que hablen bien o mal, ser objeto de burla o humor, pero que hablen. Muchas veces el estigma logra transformarse en emblema y un sticker toma una popularidad tal que el político representado puede generar simpatía por asociación».
Los stickers de Alberto Fernández y la cuarentena con frases como «portate bien», «quedate en casa» o «estoy harto», fueron muy difundidos en los últimos meses como una forma de tomar de otro modo el momento que atraviesa el país en medio de la pandemia.
Uno de los dirigentes que más aparece en los stickers es el gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof. En diálogo con Página|12 sus voceros confirmaron que el gobernador no utiliza emojis ni stickers, pero confiesan «que le divierten».
Lo mismo ocurre con el presidente del Pro en la Cámara de Diputados, Cristian Ritondo, en cuyo entorno comentaron que «usa las redes y le divierten los stickers, pero no los usa».
La vicepresidenta del bloque del Frente de Todos en la Cámara Baja, Cecilia Moreau, usa stickers pero «de forma moderada». Los que más aparecen en su chat son feministas: un puño en alto con el pañuelo por el aborto legal, seguro y gratuito, así como un corazón con los colores del colectivo LGBTI+.
En el whatsapp del diputado nacional por el Frente de Izquierda, Nicolás del Caño, se puede encontrar al líder ruso Lenin soltando una fila de corazones rojos, a Diego Maradona abrazándose y hasta un sticker de su compañero de espacio, Christian Castillo. Por su parte, la legisladora porteña por el Frente de Izquierda Myriam Bregman se divierte con un sticker donde está tomando cerveza, pero ella no los usa.
Sobre el vínculo de las y los políticos con esta plataforma, Murolo manifestó que «algunos políticos se permiten escamotear la política y jugar su costado más banal» y agregó que «el debate de ideas en algunos escenarios queda de lado para construir el/la candidato/a como pura imagen y bajo la sátira, las imitaciones, los juegos propuestos por la industria cultural».
Asimismo, el doctor en Comunicación señaló su utilidad en años electorales: «Hay grupos de whatsapp creados especialmente para compartirlos (como el grupo “solo stickers políticos”), en los cuales seguramente participen integrantes de los equipos de comunicación de políticos con la intención de reconocer el terreno y por qué no intervenir para posicionarlos».
Y añadió: «Que circulen estas imágenes en las potentes redes de la mensajería instantánea redunda en publicidad indirecta, esa misma que los políticos promueven en sus redes sociales con imágenes y videos super editados por sus equipos para anunciar que van a estar en tal o cual programa, promocionando frases que dijeron o presentando su opinión ante temas de agenda».
«El desplazamiento de la comunicación de campaña del reiterativo afiche o las concentraciones masivas para escuchar a los candidatos, hacia la incorporación también de las redes y la mensajería como territorios ineludibles de la comunicación masiva contemporánea parece ser una estrategia en crecimiento desde hace unos años», concluyó Murolo.
Fuente Pagina12.