Sociedad

Argentina adquirió la primera máquina en Sudamérica que monitorea mutaciones de Covid-19.

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Costó cerca de un millón de dólares. Llegó de Estados Unidos y ya está en el Instituto Malbrán. Permite analizar unas 6.000 muestras por semana.

Las nuevas variantes del Covid son, a esta altura de la pandemia de coronavirus, la gran amenaza que tiene en vilo a los científicos. El peor escenario sería que las vacunas que ya se aplican y las que están en desarrollo puedan verse debilitadas por las nuevas cepas.

Argentina decidió comprar un equipo de última generación que vigila minuto a minuto esas eventuales mutaciones. El NovaSeq es un equipo de 600 kilos y el tamaño de un cajero automático. Fue comprado por el Gobierno a Illumina, una empresa estadounidense con sede en San Diego, por un valor de 992.600 dólares. Hay pocos de estos equipos en el mundo. Estados Unidos y Gran Bretaña tienen el suyo.

El ejemplar argentino es el primero en Sudamérica. Ya está instalado en la Unidad de Contención Biológica del Instituto Anlis-Malbrán. Es un lugar preparado para que nunca se corte la luz y la temperatura se mantenga constante. Allí entrenan a científicos que en breve (aún se anunció la fecha) empezarían a utilizar el secuenciador genómico.

El NovaSeq podrá procesar unas 6.000 muestras por semana. Los equipos que el Malbrán tenía hasta ahora sólo podían procesar 300 en ese mismo lapso. Es decir que aumentará la vigilancia 20 veces, para tratar de determinar si en los testeos de coronavirus que se hacen en el país aparecen nuevas mutaciones o alguna de las ya existentes en el mundo.

Hasta ahora aparecieron sólo dos pacientes con variantes de Covid en la Argentina. Una fue la variante del Reino Unido y la otra, la de Río de Janeiro. Ambas personas pudieron ser aisladas a tiempo y desde el 16 de enero, momento en que se detectó aquí la mutación británica, no volvieron a registrarse en el país casos positivos con variantes.

Claudia Perandones, directora científica de Anlis-Malbrán, explicó a Clarín que «además de secuenciar el genoma del Covid, el NovaSeq puede diagnosticarlo». Es decir, determina si la muestra es positiva y también la variante a la que pertenece.

En ese diagnóstico la sensibilidad es del 99,7 por ciento, superior al 98 por ciento que tiene el sistema estándar. Eso significa que reduce casi al mínimo la posibilidad de que ocurran falsos negativos. La diferencia es que evalúa 98 regiones del virus (en lugar de las tres que analiza el método tradicional) para dar el resultado.

“Varias de las vacunas se sustentan en estrategias de vectores de adenovirus. Por eso es fundamental realizar la secuenciación genómica de todos los adenovirus que circulen tanto a nivel nacional como regional, para garantizar la efectividad de las vacunas”, explicó Perandones.

La experta agregó que “realizar el seguimiento de estas variaciones a través de una vigilancia genómica de la población viral circulante en el país, especialmente después aplicada la vacuna, es fundamental para asegurar la correcta cobertura de los linajes circulantes a partir de la estrategia elegida”.

Además de vigilar la efectividad de las vacunas a partir de las mutaciones que aparezcan, detectar las nuevas cepas también es clave “para determinar, por ejemplo, si un crecimiento de los contagios puede ser causa de un relajamiento de las medidas de prevención de la sociedad o de la aparición de una variante que posee mayor transmisibilidad”, explica Perandones.

Las variantes del Covid son una “constelación de mutaciones” o cambios en el genoma del virus de Sars-CoV-2. Una variante puede tener una o más mutaciones y a mayor cantidad de mutaciones más compleja suele ser la variante.

fuente lacontratapatdf.