Es la historia de Mónica López, quien logró reencontrarse con su madre biológica en nuestra ciudad, hace dos semanas. Su historia.
Mónica López nació en 1967 en Río Gallegos, a los cuatro días se la llevaron a Buenos Aires y nunca más volvió. Cuando creció sospechaba que no era parte del grupo familiar, y su papá le contó que había sido adoptada. Así empezó el derrotero de esta mujer en búsqueda de la verdad.
Lo primero que averiguó, hace unos tres años -cuando comenzó todo- fue que su madre biológica trabajaba en una peluquería en la capital santacruceña, hace ya varias décadas.
Antes de que su padre adoptivo falleciera le pidió que le contara. “No querían contarme nada hasta que, finalmente y bajo presiones, mi papá me dijo que no era su hija biológica”, dijo sobre su familia adoptiva.
Supo que en principio vivían en Ushuaia y que, tras perder un bebé, viajaron a Río Gallegos “donde vivían mis abuelos adoptivos, que tenían la administración del Club Río Gallegos”, explicó.
“Mi abuelo se llamaba Antonio López Pérez, ahí vivían mis padres adoptivos, al lado de este club había una peluquería donde se atendían todos ellos, que se llamaba Marión y la atendía Margarita Fernández. Ahí vivía un sobrino de ellos, estudiante de medicina, y tenían una empleada que quedó embarazada”, continuó.
Según pudo reconstruir la empleada es su mamá biológica.
El miércoles, Mónica, dio la buena noticia a LU12 AM680, ya que “La Radio de la Gente”, junto a La Opinión Austral, la acompañaron en su búsqueda, que hizo pública hace mucho tiempo.
Relató que hace dos semanas pudo dar con su madre biológica, a quien fue a visitar a Río Grande y pudo conocerla no sólo a ella, sino también a sus hermanas y sobrinas. “Fue sumamente emocionante y estoy muy feliz”.Mónica (derecha) junto a su madre y una de sus hermanas.
“Agradezco sumamente a la audiencia de LU12 y a todos aquellos que han enviado mensajes de buena energía. Todo eso se sintió”, dijo en declaraciones a la emisora.
Dijo que cuando nació, en la peluquería “a mi mamá le dijeron que fallecí. Nunca me vio ni me tuvo en brazos”, asegurando que “la vendieron” y esto pudo corroborarlo con una tía adoptiva quien, hace dos meses, le dijo que ella misma viajó de Buenos Aires a Río Gallegos para “llevar la seña de los $2.800 que pagaron por mi compra”.
“Eso es lo que agrava aún más la situación. Quién me vendió, no lo sé. Sí que la señora Margarita le dijo a mi mamá que había muerto”, agregó Mónica.
Visiblemente emocionada, agregó: “Nunca dejé de pelear gracias a Dios, y hoy puedo sentir el calorcito de mi mamá”. “Era lo único que me faltaba”, dijo casi entre lágrimas.
Añadió que el vínculo que tiene es hermoso y está muy feliz, y que su familia biológica le dijo que no hace falta la prueba de ADN.
Así cerró la emocionante historia de Mónica López y la incansable búsqueda de su familia junto a LU12 y La Opinión Austral.
Nota: La Opinión Austral