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La historia de una mujer que vivió un infierno: “Estoy muy decepcionada con la Justicia”

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Tamara expresó su decepción tras recibir una condena de 3 años y 6 meses para su agresor, su ex pareja José Ramón Garceta Lindor (38 años). Aseguró que durante seis años luchó con miedo y ansiedad, sintiendo que la justicia no ha sido suficiente para su sufrimiento. Habló y detalló “cómo fue mi infierno”.

“Siento una gran decepción haber escuchado que solo son tres años y seis meses, porque yo llevo seis años tratando de reconstruirme, tratando de sanar, tratando de superar todo esto de lo que ha pasado. Pero es muy doloroso escuchar que son tres años y seis meses. Yo llevo seis años con miedo de salir a la calle, de encontrármelo por ahí, de ir a mi trabajo y salir y que él esté estacionado afuera. Mi hijo también tiene miedo de él. Estoy muy decepcionada con esos tres años, porque yo llevo seis”, manifestó.

¿Te pasaba eso de encontrártelo afuera de tu casa o en las inmediaciones?

“Sí, tenemos un régimen de visita por tercera persona, pero él jamás lo cumplió. Siempre fue él a mi domicilio a buscar a mi hijo. Incluso el 10 de diciembre del año pasado yo denuncié otro hecho de que él iba a buscar a mi hijo de la casa, afuera de mi casa. Y la verdad que eso me generaba muchísimo miedo.
Yo no salía a la calle sola, no salgo hasta el día de hoy sola, ni por las noches a tomar algo, porque me genera miedo cruzarlo por todo lado. Incluso lo he cruzado afuera de mi trabajo, afuera de mis actividades físicas. Tengo mucho miedo de cruzarme a esa persona.
Y que le den tres años, en tres años y seis meses va a estar afuera otra vez”.

Es probable que menos, si se cumplen las dos terceras partes de la condena y le dan una libertad condicional.

“Así es. Y la verdad que estoy muy decepcionada porque siempre te dicen que la víctima tiene que denunciar, tiene que hacer las denuncias, que hay que insistir con la justicia, pero después llegás hasta este punto de tanto dolor de revivir todo de nuevo, porque en el juicio me tuve que sentar y hablarle a un juez todo lo que me pasó, porque no fue sólo el hecho del 2019, fueron los años de convivencia anteriores a eso que me generó muchísima violencia de todo tipo.
Y esto de que te dicen que denuncias, que denuncias, pero después cuando llegás a este punto le dan tres años y seis meses. O sea, no puedo entenderlo”.

¿Tampoco considera que fue un antecedente que fue tenido en cuenta? Porque él incumplía las normas que tenía de conducta, señalaba que él no podía acercarse, que tenía que venir una tercera persona y eso tampoco lo cumplía.

“No, nunca lo cumplió. Incluso ese día que me golpeó, hacía unos días que se había levantado la prohibición de acercamiento, yo siempre he ido a renovarla. Siempre vine al juzgado, incluso tenía una defensora pública en ese momento, pero jamás se tomó en cuenta mi caso. Yo creo que jamás, y por eso estoy cansada y he permitido que se publiquen mis fotos, todos los daños que me causó. Y quiero que se haga justicia, pero no quiero tres años y seis meses, porque yo llevo seis meses presa, seis años presa en mi casa, con ataques de pánico, con estado de alerta constante de que si él va a estar por ahí o si me va a hacer lo mismo que me hizo en ese año del 2019, en octubre”.

¿Y qué recuerda de esa mañana puntual?

“Recuerdo que si no llegaban a ir Rolando, que es el testigo presencial, yo no sé cómo iba a terminar. Y yo siento que él lo planeó todo porque desde la noche él me estuvo siguiendo, porque ese día salimos al boliche con mis amigas, desde la noche me estuvo siguiendo, me estuvo llamando, yo no la atendí, lo ignoré, pero después estaba en la esquina de mi casa esperándome, después que me secuestró me volvió a atacar nuevamente”.

¿Fue en la vía pública donde te dejó?

“En la vía pública fue, en la vía pública y me dejó ahí. Y si Anahí no llegaba yo me podía ahogar con mi propia sangre de los golpes que tenía en la nariz y no podía existir más en este momento.
Ese fue un punto y aparte donde quise empezar a insistir con la justicia, incluso gracias a mis amigas estoy acá. Porque después de dos años quedé en shock, no sé cómo hice para seguir estudiando, porque iba con la consigna policial afuera del salón, iba a las instituciones, iba al supermercado con la policía de custodia mía. ¿Por qué no a él? ¿Por qué siempre él estuvo libre?”.

Por último, sostuvo: “La verdad que no sé, no sabría responderte esto porque estoy tan decepcionada de la justicia en sí, porque yo creí que llegar hasta este punto y remover todo lo que yo viví le iba a dar un par de años más adentro y que yo podría vivir tranquila con mi hijo, pero no fue así.
Yo siento que hay un retroceso en la Justicia, porque si bien estoy aliviada por verlo esposado, porque siento que voy a poder caminar en la calle, pero me decepciona esos tres años y seis meses, porque no sabemos si van a ser tres años y seis meses efectivamente, porque a veces por el buen comportamiento suelen dejarlo salir a las calles igual”.

Fuente: Aire libre