Claudio Soccio fue imputado por los delitos de “lesiones en concurso real y resistencia a la autoridad”.
El hombre de 32 años que el domingo protagonizó una cinematográfica y peligrosa huída por las calles de Río Grande había sido invitado a comer en familia. Le cortó la cara con un vaso roto a su ex pareja y a la hermana y sobrino de ésta les arrojó agua hirviendo.
Como ya fuera publicado en la edición de ayer, personal policial de la Comisaría 5ta de Río Grande debió perseguir, interceptar y detener a un violento sujeto con antecedentes por hechos del mismo ti-po, que el domingo 18 de abril agredió a tres personas.
Claudio Soccio se encontraba en un domicilio de la calle Cabo Santa Inés al 500 junto a su ex pareja, sus tres hijos, su ex cuñada, un sobrino, el padre de ambas mujeres y un amigo de uno de los ado-lescentes, cuando estalló en furia, causó daños en la propiedad y agredió física-mente a varios de los presentes.
El agresor emprendió la huída a bordo de un rodado Fiat Siena, de color blanco, siendo perseguido por varios patrulleros de la Comisaría 5ta y 3era, además de móviles de la División Servicios Especia-les. Al trasponer la rotonda del avión, en Santa Fé y Héroes de Malvinas, impactó a un patrullero, siendo finalmente in-terceptado en la Ruta 3 y Perú, y detenido.
El fiscal Jorge López Oribe ordenó la tra-mitación de una causa bajo la carátula “lesiones en concurso real con resistencia a la autoridad” y espera en el día de hoy martes, tomarle declaración indaga-toria a Soccio en sede tribunalicia, luego de haber sido pospuesta la audiencia prevista para el lunes 19.
“Varias prohibiciones de acercamiento”
Entrevistada por los medios de prensa riograndenses, María Tulián, la ex cuñada de Claudio Soccio confirmó que el sujeto ya ha procedido con inusita-da violencia en ocasiones anteriores. Con la piel del cuello y el torso que-mada, la mujer refirió que el individuo “tuvo varias prohibiciones de acerca-miento. La última fue hace unos 3 años”.
Por su parte Elisa, la ex pareja del agresor, con múltiples cortes en la cara y numerosos puntos de sutura en pó-mulo, naríz y zona peribucal del lado izquierdo, sostuvo que “él siempre fue violento pero hacía tiempo que no ha-cía un quilombo así. Nosotros estábamos distanciados desde hace dos meses y en Pascuas nos empezamos a ver de vuelta”.
Consultada sobre lo que ocurrió dentro de la casa en la tarde del domingo último, María relató que “organizamos una comida familiar. Esa mañana él había salido temprano y cuando volvió, estaba bastante tomado. En un momento dado empezó a mirar mal a un amigo de mi hijo, se levantó de la mesa y se fue a la pieza. Ahí tiró el televisor al piso y cuando entró mi hermana empezó a empujarla, yo me metí en el medio pero le pegó una trompada y con los vidrios rotos de un vaso le hirió la cara y el pecho. El forcejeo si-guió hasta la cocina en donde a mi hi-o y a mí nos tiró la pava encima”.
Foto: Aire Libre