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“Voy a bajar los brazos. Ya no soporto más la angustia ni las falsas promesas de OSEF”

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Afiliada de OSEF diagnosticada con una enfermedad terminal continúa sufriendo  –  junto a otros dos pacientes en una situación médica similar –  la falta de una respuesta a la necesidad de contar con un aparato portátil que la ayude a respirar.

Corina Tejerina, antigua pobladora jubilada que se desempeñó muchos años como empleada pública en Ushuaia sigue esperando que su obra social le pague a la empresa proveedora el alquiler de un concentrador de oxígeno trasladable que le permita tener una mejor calidad de vida. “Después de la publicación de Diario Prensa Libre, el 16 de octubre, me llamó Mariana Hruby para decirme que habían decidido comprar un dispositivo que iba a llegar a Ushuaia el martes 20 de octubre. El aparato nunca llegó y lo único que hicieron fue traerme un tanque de oxígeno líquido a mi casa que sacaron de una ambulancia y que como es frío me podría provocar una neumonía. El concentrador manda aire a temperatura ambiente y en la graduación que el paciente necesita.  La verdad es que ante tanto manoseo quiero bajar los brazos”.

Cuando Corina Tejerina se comunicó con la redacción de Diario Prensa Libre para contar a través de mensajes de texto que estaba desesperada por no obtener de parte de su obra social – OSEF –  respuesta a sus reiterados pedidos, incansablemente cursados una y otra vez y ante un diagnóstico de fibrosis pulmonar que la obliga a estar las 24 horas conectada a un concentrador de oxígeno fijo, no se imaginó la gran cantidad de muestras de afecto que iba a recibir.  “Me llamaron de todos lados, gente con la que no hablaba desde hacía muchísimos años, antiguos compañeros de trabajo, y muchas personas queriendo darme una mano en lo que necesitara. Fue conmovedora la solidaridad de los vecinos de Ushuaia, la que agradezco con todo el corazón.  Y también me llamó la presidente de OSEF, Mariana Hruby, quien me aseguró que aunque yo solo pedía que me alquilaran un aparatito portátil, habían decidido adquirirlo en Buenos Aires, para mí y para otras dos personas más que están en una situación similar. Hruby me dijo que le habían confirmado que iba a estar en Ushuaia el martes 20 de octubre, pero ese día nunca llegó.  Lo que sí recibí fue un pequeño tanque de oxígeno que sacaron de una ambulancia, como me dijo el señor que me lo trajo a mi casa. Precisamente en ese momento estaba el kinesiólogo y le explicó que por mi patología no era lo que necesitaba, fundamentalmente porque el oxígeno del tanque es líquido y frío y eso puede provocarme una neumonía. El concentrador que el médico neumonólogo que me atiende, el Dr. Jorge Sap, solicitó 3 veces ante la obra social, suministra aire a temperatura ambiente y cuenta con un regulador de aire. Yo nunca pedí que me compraran uno nuevo, solo pretendo que mi obra social le pague a la empresa Air Liquid que alquila los aparatos, para poder acceder a uno por la vía del alquiler. Pero si la señora Hruby me dijo que habían decidido adquirirlos, para mí y para los otros dos afiliados, lo mínimo que esperaba era que no me mintiera, que no me tomara el pelo porque soy una mujer grande.  Como dije en la nota anterior, sé que me voy a morir. Estoy aceptando con dignidad y resignación mi destino, pero lo que no puedo aceptar es el abandono de persona. Aún estoy viva, pero empiezo a cansarme y tengo ganas de bajar los brazos”.

Muy afligida,  Corina expresó el sentimiento de impotencia que le provoca ver la situación en la que se encuentra la obra social que mayor cantidad de afiliados registra en la provincia: “Los afiliados no nos merecemos tener que no solo cargar con el peso de la enfermedad que nos golpea sino también con la falta de respuesta de nuestra obra social a la que aportamos durante toda nuestra vida laboral. Y a veces no solo es indiferencia sino directamente destrato de los empleados de un lugar que existe porque nosotros existimos.  No puede ser que no se le pague a los prestadores ni se nos reconozca la atención de terapeutas que, en mi caso, resultan vitales. Yo necesito que todos los días un kinesiólogo me ayude a limpiar la flema de mis pulmones porque no la puedo expulsar naturalmente. Pago $ 6.500, de los cuales Osef me reintegra $ 2.450.- en el tiempo. Y es muy dificil encontrar a alguien que quiera atender en domicilio porque OSEF no les paga. Y esto solo por mencionar algunos de los muchísimos problemas que tiene nuestra obra social”.

“Cuando habló conmigo la presidente Hruby y como no puedo hablar mucho, solo le dije que era inhumano lo que están haciendo con quienes estamos enfermos. Y le pedí que no me mientan ni nos mientan más. Merecemos respeto y que se nos considere porque estamos vivos y seguimos luchando”.

Debido a que la patología que la afecta le provoca constante falta de aire, lo que se traduce en debilidad y en dificultad para respirar y para hablar, Corina Tejerina le escribió una carta a la funcionaria Mariana Hruby, la que se transcribe más abajo.

La carta

“Buen día Sra Hruby. Ayer por la tarde me avisó el Sr. Ponce que no tienen en la empresa de salud para la que trabaja el concentrador de oxígeno portátil que necesito. Quiero comprenderla a Ud y no encuentro la manera. No era necesario mentirme diciéndome que lo había mandado a comprar y que llegaba el martes o miércoles. Y que luego venga este señor con un tubo de oxígeno que según me dijo, lo sacó de una de las ambulancias de la empresa. No sé qué pensar. Yo entiendo su buena voluntad en querer solucionarme el problema pero no me mienta más por favor. Ya mi hija tuvo que soportar que le mienta la vicegobernadora Mónica Urquiza cuando acudimos a ella a pedirle ayuda y se comprometió a ocuparse de mi necesidad. Por favor la próxima vez que se comunique conmigo solo le pido la verdad. Si se demora unos días más, también lo comprendo.  Hoy estoy muy mal. El kinesiologo particular que me tengo que pagar  porque nadie de la cartilla quiere hacer domicilio justamente porque la obra social no paga, atendió recientemente a una señora a cuyo marido, le avisaron anoche es COVID positivo. El, a pesar que me atiende cumpliendo estrictamente el protocolo, se ha aislado preventivamente. Como verá señora no son pocas las preocupaciones que tengo, como seguramente serán también las suyas. Yo la comprendo pero le ruego que  no me mienta, que no nos mienta, porque la verdad siempre sale a la luz”.


Diario Prensa

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