Río Grande es la primera ciudad de Tierra del Fuego en donde comenzó a implementarse el sistema de control de víctimas de violencia de género y de sus victimarios, a través de dispositivos electrónicos duales.
La dualidad consiste en que son dos los adminículos: uno es una tobillera que mediante un sistema de cierre especial se le coloca al agresor y el otro es una especie de beeper o mini celular que la víctima llevará en todo momento consigo.
Ambos aparatos funcionan con una batería no recarcable que funciona un promedio de dos años, en un sistema de geoposicionamiento que le permite a la Policía monitorear tanto a la víctima como a su agresor.
En Tierra del Fuego su implementación se produce en el marco de un convenio entre el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, a través de la Subsecretaría de Acceso a la Justicia, y el Ministerio de Gobierno de la Provincia de Tierra Del Fuego.
Si bien en las localidades fueguinas ya se están usando tobilleras en casos de arrestos domiciliarios, las que se comenzaron a emplear por casos de violencia de género desde el 6 de abril último en Río Grande, son de características diferentes y controladas por efectivos policiales, a diferencia de las primeras que son monitoreadas por personal del Servicio Penitenciario.
La tecnología empleada de geolocalización permite monitorear en tiempo real el cumplimiento efectivo de las medidas ordenadas por el Juzgado interviente, respecto a las restricciones de la persona denunciada, hacia la víctima de violencia de género.
El segundo componente se entrega a la víctima, el que consta de un sistema que le permite comunicarse con el Centro de Monitoreo, Central de Comunicaciones Policiales, ante cualquier situación que lo amerite.
En caso de producirse una violación a las restricciones judiciales, se activa un conjunto de alarmas, y así la Policía puede actuar con inmediatez, enviando un móvil policial que se encuentre más próximo a la ubicación de la víctima.
También se evitarán situaciones que se repiten con frecuencia y que se producen cuando la misma víctima decide infringir la prohibición dispuesta por el Juzgado que interviene en la denuncia que hizo antes en contra de su ex pareja. Este tipo de hechos se pudo ver en el último juicio realizado en la ciudad de Río Grande, en el caso Soccio, en donde un hombre fue condenado a 3 años y medio de cárcel de cumplimiento efectivo por herir con un vaso roto y quemar con agua hirviendo a su ex, a uno de sus hijos y a su ex cuñada, durante una reunión familiar a la que la misma mujer denunciante lo había invitado a participar, pese a la restricción judicial de acercamiento vigente.
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Diario Prensa