El cuarto hombre que denuncia por presunto abuso sexual al intendente de la ciudad fueguina de Río Grande, Gustavo Melella, se presentó en tribunales para formalizar la acusación y promover una nueva acción penal en contra del funcionario, según confirmó este lunes a Télam el abogado que representa a la supuesta víctima.
El denunciante, identicado como Walter Benítez (46), trabajador de la construcción que reside desde hace dos años en Río Grande, asegura que después de pedirle empleo, Melella lo citó en su domicilio particular y lo acosó sexualmente, «tocándolo en la entrepierna», indica el relato escrito de los hechos al que accedió esta agencia.
Las complicaciones judiciales por abuso sexual contra el intendente fueguino comenzaron a gestarse el pasado 30 de agosto, a partir de la denuncia realizada por el abogado Francisco Giménez, acerca de dos empresas, «Patagonia Constructora» y «Marino Luis Vaquera», que habrían facturado al municipio por obras que no realizaron.
En cualquier caso, de aquella denuncia surgía que los trabajos, en realidad, habían sido concretados por Damián Rivas, Alfredo Suasnabar y Mario Lovera, quienes habían recibido pedidos de favores sexuales por parte de Melella, a cambio de ser contratados, primero, y luego para poder cobrar.
Al recordar cómo conoció él a Melella, Benítez, supuesta cuarta víctima de abuso sexual, contó que después de un período de desempleo, se contactó con el intendente a través de una compañera de la iglesia a la que asiste, quien le tomó una fotografía y se la envió al funcionario junto con su número telefónico.
«Inmediatamente el señor Melella me envía un mensaje de texto y comienza un dialogo que termina cuando me invita a concurrir a su domicilio, una casa de puerta blanca ubicada en la calle Las Lengas 1032, planta baja», continúa el denunciante.
El trabajador, que acompañó como prueba la captura de las pantallas de su teléfono celular, sostuvo que acudió a la vivienda el 14 de julio de este año a las 22, luego de que el intendente le mandara un mensaje que decía: «Si venís bañadito, mejor».
«Me recibió solo, me dio un abrazo y me invitó a sentarme en una mesa en el living», prosigue el relato.
También agrega que en ese momento, Melella le propuso ingresar a Obras Sanitarias del Municipio, o inscribirse como monotributista y facturar obras públicas, y le pidió que al día siguiente le llevara su currículum.
«Entonces empezó a hablar de su sexualidad (…) Yo retomé el tema del trabajo cuando se acercó a mi silla y me quiso tomar las manos (…) Me puso la mano en la entrepierna sobre mi pene. En ese momento me levanté, le dije que no me gustaban los hombres y me dispuse a retirarme», afirmó el denunciante.
Según Benítez, a partir de su negativa, nunca más le contestó mensajes ni le recibió el currículum.
Fuente:Telam