El gobernador admitió ayer públicamente que “se aprovechará el parate”, en alusión al incendio que dejó a la capital fueguina sin su hospital público, para hacer arreglos de problemas de vieja data que su gestión nunca debió desatender. Aunque su sueldo excede los 350 mil pesos mensuales, la hiper estructura de funcionarios políticos que creó los 200 mil cada uno y los legisladores, los 400 mil, la expresión “no hay plata” es lo que escuchan a diario los empleados que están intentando refaccionar las instalaciones.
Mientras en las redes sociales arrecian las críticas a su gestión y las encuestas que él mismo encarga a consultoras amigas, indican que su índice de popularidad descendió estrepitosamente, el titular del Ejecutivo fueguino visitó por fin el nosocomio, que se encuentra vacío y destruido.
El personal hospitalario al que se le asignó la tarea de limpiar, readecuar y volver a poner en funcionamiento las áreas menos afectadas por el humo, el fuego y el agua, se encuentran desmoralizados.
Entrevistados por Diario Prensa Libre, varios de ellos manifestaron su desánimo ante la falta de respaldo económico que encuentran por parte de las autoridades, las que vez tras vez, cuando plantean la necesidad de adquirir elementos como caños, llaves, cables, tornillos, placas de yeso, entre muchos otros elementos de construcción indispensables para llevar a cabo su tarea, responden “no hay recursos”.
“¿Cómo pretenden que hagamos algo en bien de recuperar el hospital si solo se cuenta con nuestra buena voluntad y predisposición? Resulta indispensable contar con dinero para comprar todo lo que hace falta. ¿A quién se le puede ocurrir lo contrario?. Todos hemos puesto lo máximo de nosotros para tratar de salvar lo que se pudo, pero hay áreas que quedaron completamente destruidas, con sus redes de agua, luz y gas fundidas… Eso no se soluciona con buenas intenciones sino con recursos económicos”, expresaron.
Otros, igualmente descorazonados, agregaron: “Todo lo que se está viendo hoy que falló, no es nuevo. Las autoridades sabían que este edificio estaba vetusto, obsoleto en cuanto a sus instalaciones. No había adecuadas redes de seguridad para que ante un incendio se evitara la propagación, como se vio que ocurrió. Sin control de matafuegos, de hidrantes, de llaves térmicas, de barreras cortafuego, de detectores de humo, de zonas con aspersores, de protocolos de evacuación, entre muchas otras falencias hoy nos encontramos ante lo que tarde o temprano iba a terminar pasando. Y si encima de todo esto, de tener que ver cómo veníamos trabajando nos encontramos con que plata para algunas cosas hay, como sueldos de políticos o compras de lapiceras para regalar, pero para hacer refacciones elementales en el hospital, no, te dan ganas de llorar”.
Consultados los trabajadores cómo está hoy el hospital, respondieron que “hoy esto es una gran caja vacía. Está completamente devastado porque lo que no dañó la temperatura, lo hizo el humo, el fuego o el agua. Se destruyeron equipos carísimos y otros ya estaban rotos desde antes, también por desidia y abandono, como el tomógrafo computado. Da pena ver mobiliario achicharrado y en el sector de internación, bandejas con medicamentos, gasas, sondas, de todo, chorreando por efecto del agua que cayó del techo y que también terminó por estropear todo ese material valioso. El único lugar que está menos afectado es el del casco viejo del hospital, el fundacional de cemento al que luego se anexó el de material ligero. Hoy allí funciona Maternidad y como era el que estaba más lejos del foco, no resultó tan afectado pero como las redes de servicios están cortadas, tampoco se puede utilizar de ninguna manera”.
Por último, el personal hospitalario le recriminó al gobernador Melella y a sus funcionarios “la incoherencia entre lo que salen a decirle a la gente en los medios y lo que realmente pasa. Ni bien apagaron las llamas Melella dijo que se iba a ocupar de que pronto podamos volver a poner el hospital en pie procurando las partidas de recursos para hacerlo, pero en la realidad, la que vivimos nosotros acá, es todo lo contrario. No se está invirtiendo ni un solo peso en un lugar que debería abrirse cuanto antes porque toda la ciudad está sin asistencia de salud y encima de todo, en medio de una pandemia”.
Melella, textual, de su gacetilla oficial.
“Hoy estamos comenzando la reconstrucción que es lo más importante”. Así lo manifestó el gobernador de la provincia de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, en el marco del recorrido que realizó por las instalaciones del Hospital Regional Ushuaia para supervisar los trabajos que se realizan, a fin de acondicionar el sector afectado por el incendio.
Participaron de la recorrida los ministros Agustín Tita, Judit Di Giglio, Adriana Chapperón, Gabriela Castillo y equipos técnicos.
El mandatario provincial expresó que “son sensaciones encontradas. Por un lado el dolor por lo sucedido, porque perdimos instalaciones y el hospital deja de funcionar plenamente como estaba funcionando, más en este contexto. Por otro lado, hay que dar gracias de no tener víctimas fatales, de no tener heridos. Pero también hay que reconocer el compromiso de tantos trabajadores y trabajadoras del Hospital en evacuar rápidamente, también de la Policía, Bomberos, Defensa Civil, Protección Civil, y el compromiso de ellos mismos en la reconstrucción”.
Además, indicó que “el Hospital sigue brindando servicios, no plenamente, pero en distintos lugares, tanto en el sector privado como también en el Cochocho Vargas y en otros lugares. Tantos gremios y sectores de la salud privada que se ofrecieron demuestra que el mensaje solidario fue grande”.
“Hoy estamos comenzando la reconstrucción, que es lo más importante”, enfatizó, y siguió: “vamos a aprovechar este momento de parate del sector para reparar también otras cosas que son históricas y poner plenamente en funcionamiento el Hospital”.
Respecto a los fondos para la reconstrucción del Hospital Regional Ushuaia, Melella explicó que “está funcionando la Ley de Emergencia Sanitaria y además, en el día de hoy, sacamos un decreto donde se destina un fondo específico para poder comprar los elementos, no solo para reconstruir, sino también para adquirir aquellos equipos que sean necesarios”.
“Lo que le he pedido a la gente de infraestructura, Salud y Obras Públicas es que hagamos las cosas bien, con celeridad, rapidez”, aseveró.
En esta línea, sostuvo que “vamos a hablar con el Tribunal de Cuentas. Hay procesos que tenemos que hacer mucho más rápido, porque esto es una emergencia”.
En relación a la parte nueva del Hospital, contó que “veníamos trabajando muy bien con la empresa y con Obras Públicas con la parte nueva del Hospital. Ese sector se había diseñado para una zona sísmica que no corresponde y que había sido muy observada por el Tribunal de Cuentas. Todo eso se subsanó, se corrigió y se trabajó sobre los montos. Luego de la veda invernal, esa parte del Hospital se seguirá construyendo”.
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