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¿Secuelas o síntomas duraderos? Qué se sabe sobre las consecuencias del Covid-19

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Después de más de dos años de pandemia, la ciencia ya comenzó a trabajar e investigar no sólo en las causas del Covid-19, sino también en sus consecuencias. Los estudios que se llevan adelante en todo el mundo coinciden en la detección de muchos y variados síntomas en pacientes que contrajeron coronavirus, patología que han denominado como “Covid Largo”. Ahora, el reto de los profesionales de la medicina es esclarecer si se trata de secuelas post-enfermedad, o síntomas duraderos de la misma.

El síndrome abarca múltiples dimensiones y contempla secuelas respiratorias, cardiológicas, cognitivas, neurológicas y fatiga clínica, entre otras, además de secuelas psicológicas que tienen que ver con el contexto vivido y la pérdida de seres queridos. Aunque se han descrito más de 200 síntomas, los más comunes incluyen: fatiga, dificultad para respirar, problemas de memoria, concentración o sueño; tos persistente, dolor torácico, dificultad para hablar, dolores musculares, pérdida del olfato o del gusto, depresión o ansiedad, caída del pelo, e incluso impotencia sexual en los hombres.

“Estos síntomas pueden ser de nueva aparición después de la recuperación inicial de un episodio agudo de COVID-19 o persistir desde la enfermedad inicial, según la definición oficial”, explicó el portal ‘Chequeado’. Al parecer, la distinción entre ambas situaciones todavía no está clara”.

Algunas de las hipótesis que los expertos manejan es que los pacientes sufran “alteraciones en la inmunidad innata y adaptativa”, que produzcan reacciones autoinmunes, la aparición de efectos sobre el sistema nervioso central y periférico, o la persistencia del virus en el intestino y otros tejidos.

Según múltiples estudios, entre ellos uno del laboratorio Cold Spring Harbor, una institución privada estadounidense dedicada a investigación científica, entre el 10% y el 20% de los pacientes con coronavirus presentan síntomas prolongados compatibles con el “Covid largo”. Esta condición, según las investigaciones, suele ser más común en mujeres que en hombres.

SECUELAS EN LA REPRODUCTIVIDAD

Por su parte, una de las particularidades que llamó la atención en los últimos meses es que cada vez más hombres informan verse perjudicados en su desempeño sexual tras haber tenido coronavirus.

El informe se emitió desde el Hospital Miller de la Universidad de Miami, donde alertaron que se habían acumulado pacientes con disfunción eréctil en sus consultorios. En principio los profesionales de la salud pensaron que se debía al estrés pandémico, pero los pacientes afectados manifestaron no padecer ansiedad ni estar deprimidos, y algunos reportaron sufrir esta complicación sexual durante seis meses o más.

De hecho, el Ministerio de Salud de Nación reconoció públicamente que está financiando investigaciones de “posibles secuelas del COVID-19 en la salud reproductiva humana”, a través de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i).

Se trata de una red federal de investigación de la que participa Mendoza con dos sedes más, una en la Ciudad de Buenos Aires y otra en Córdoba. El proyecto presentado por los investigadores propone “generar nuevos conocimientos en relación al impacto que puede llegar a tener la infección de coronavirus en el sistema reproductor femenino y masculino”.

El Ministerio de Salud argentino, también a través de la Agencia I+D+i, “apoya económicamente un proyecto que propone hacer un estudio multicéntrico para el diagnóstico y seguimiento del síndrome post COVID-19, evaluando manifestaciones clínicas y marcadores moleculares en una cohorte de pacientes que tuvieron internación por COVID-19″. El mismo es liderado por la científica Laura Antonietti.

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