
Se trata de Barrera, un hombre de 55 años que está detenido desde el 2017, tras ser atrapado en Mar del Plata luego de dos meses de fuga. Los hechos se registraron en la periferia de Río Gallegos. Durante el debate, su abogado pidió la absolución ya que los hechos no estarían acreditados
En la mañana de ayer comenzó a ser juzgado M. R. Barrera, un mecánico bonaerense que está sindicado de haber cometido aberrantes hechos en nuestra ciudad capital, que tenían como víctimas a nenas de 6, 10 y 12 años.
Barrera era un mecánico que, desde el 2015 y hasta el 2017, tenía un taller mecánico en el barrio Ayres Argentinos, en la periferia de Río Gallegos, y utilizaba tanto ese taller como la soledad de los campos para abusar de sus vecinitas luego de ganar su confianza.
En junio del 2017, una de las víctimas juntó coraje y le contó a su mamá sobre los “tocamientos” que sufría por parte de su vecino. La madre no dudó y realizó la denuncia en la Comisaría de Chimen Aike.
Aparentemente, antes de radicar la exposición, la madre de la nena fue a la casa de Barrera para increparlo. Alertado sobre esta situación, el agresor sexual no dudó, tomó algunas pertenencias y se alejó con rumbo desconocido antes que llegara la Policía a notificarlo.
Tras la primera exposición, la madre habló con las mamás de las amiguitas de su hija y se supo que no sólo había una víctima: Barrera había “manoseado” a tres nenas más. Lo mismo quedó acreditado en las cámaras Gesell realizadas días después.
En el caso tomó intervención la jueza Valeria López Lestón, quien dispuso la orden de detención de Barrera, pero la Policía no tenía forma de poder ubicar al agresor.
Tras una serie de averiguaciones llevadas adelante por el personal de la Dirección de Investigaciones (DDI) de nuestra ciudad capital, en ese momento encabezada por el comisario Sergio Vera, se supo dónde podría estar Barrera: Mar del Plata, la ciudad de la que era oriundo, por lo que se solicitó la colaboración de la Policía de esa ciudad costera.
No fue hasta noviembre de aquel año cuando Barrera fue encontrado por la Policía marplatense cuando salía de un nuevo taller mecánico que estaba ubicado en la periferia de Mar del Plata, más precisamente en la calle Rotary al 400.
En un primer momento, Barrera fue alojado en la Unidad Penitenciaria N° 44 de Batán y, días después, una comisión de la Policía santacruceña lo trajo a Río Gallegos. El agresor fue indagado por la Dra. López Lestón y no declaró, luego fue alojado en el Anexo 6 de Penitenciaría, dependencia que se encuentra al lado de la Comisaría Sexta, donde alojan a los detenidos por agresiones sexuales.
Tal como lo informó este medio, no fue hasta mediados del año pasado cuando finalmente la causa fue elevada a juicio, la carátula con la que llegó el caso a la Cámara es “Abuso sexual agravado por la guarda”, por cuatro delitos en concurso real, y no fue hasta ayer cuando Barrera fue juzgado.
El debate
El juicio comenzó en la mañana de ayer en el recinto de la Cámara Oral, pasadas las 9. El mismo estuvo encabezado por los jueces Yance, Arenillas y Cabral. Por el lado de la Fiscalía estuvo el Dr. Iván Saldivia y el Dr. Santiago Lozada estuvo a cargo de la defensa de Barrera.
Al momento de ser sentado en el banquillo de los acusados, el encartado declaró, pero no confesó los hechos que se le imputaban, por lo que no se pudo hacer un juicio abreviado y comenzaron a desfilar los testigos de los casos: las madres denunciantes, las cámaras Gesell y los peritos que trabajaron en el caso dieron su testimonio.
Para el representante del Ministerio Público Fiscal, los abusos quedaron acreditados, no así el agravante de la guarda. ¿Por qué? Porque Barrera no estaba cuidando a las víctimas, sino que se trataban de hechos circunstanciales, en los que él se ganaba la confianza de las nenas, las llevaba a dar vueltas a caballo y aprovechaba esas situaciones para hacer lugar a sus lascivos y aberrantes deseos, por lo que pidió la pena de seis años de cárcel efectiva para el acusado.
Por su lado, por el “beneficio de la duda”, el Dr. Lozada, a cargo de la defensa de Barrera, pidió la absolución de su pupilo, ya que los delitos no estarían acreditados, más allá de lo vertido en las cámaras Gesell realizadas a las nenas.
Lo cierto es que el debate terminó pasado el mediodía del viernes y Barrera nuevamente fue alojado en el Anexo 6. Ahora la Justicia tendrá cinco días hábiles para determinar la suerte judicial del acusado.