Marianela tenía 19 años, era oriunda de la ciudad fueguina de Río Grande y se encontraba cursando en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la carrera de periodismo. El 28 de junio del año 2010 su hermano fue al departamento 7mo. «A» que la chica alquilaba en la calle Tucumán 2080, alertado porque no le contestaba los llamados telefónicos.
La encontró degollada y con 23 puñaladas en el cuerpo.
Las manos causantes del crimen también se llevaron un juego de llaves, dos celulares, una notebook, un reproductor de MP3, otro de DVD y una cámara de fotos, se determinaría luego.
Marianela había organizado la noche del domingo 27 de junio en su casa una «previa» a la que otros estudiantes de Tierra del Fuego fueron a jugar a las cartas antes de ir a un boliche de Palermo, en donde la vieron por última vez a las 8 de la mañana.
Su ex novio, Francisco Amador, hoy de 35 años de edad, es un técnico informático oriundo de Río Grande que en aquella época también vivía en Capital Federal y que se transformó en el principal sospechoso cuando con el correr de los días los amigos de la pareja contaron que ambos tenían una relación muy tóxica, plagada de idas y venidas, discusiones y desencuentros.
Al momento de la indagatoria a la que fue sometido, Amador reconoció que el 24 de junio de 2010 pasó la noche con Marianela en el departamento de la calle Tucumán, ya que se seguían frecuentando, pero que la madrugada del 27 había salido con otra chica, una coartada ratificada por testigos que le permitió ser liberado a los pocos días.
Ante tanto tiempo transcurrido sin que se haya podido siquiera elevar la causa a juicio, desde la Justicia bonaerense se dejó deslizar, a modo de excusa que la pandemia y la ejecución de algunas medidas suplementarias, como el intento de recuperar un eventual entrecruzamiento de emails y publicaciones de Facebook, en laboratorios informáticos de Estados Unidos, influyó para que a 12 años del hecho aún no se haya podido esclarecer quién mató a la joven riograndense.
En base a prueba indiciaria y antecedentes de violencia y maltrato que hubo en la pareja, el fiscal Sandro Abraldes y la familia Rago intentarán llegar a una condena y defender en el juicio la convicción que siempre tuvo la fiscal de instrucción Marcela Sánchez respecto de que Amador fue el asesino.
De este modo, el único imputado en la causa llegará a juicio en libertad acusado de «homicidio simple», delito que contempla condenas de 8 a 25 años de prisión-, ya que la figura del «femicidio» recién se incorporó al Código Penal a partir de 2013.
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