En el mes de enero una mujer radicó una denuncia por abuso sexual que recibió su hija menor de edad por parte de dos familiares. “Yo me había ido a operar, venía atravesando un momento delicado, me voy a hacer un estudio y me internan. Su padre tenía régimen de visita homologado (tenía que buscarla un sábado y traerla el domingo)”.
“En ese momento, mi hija estaba con mi mamá, a lo que él pasa a buscarla, pero no quería ir hasta que logra convencerla. Luego me dan el alta y le envío un mensaje para que me traiga a mi hija, a lo que contestó que no podía en ese momento” a lo que conjuntamente, le dice que la pasaría a buscar, pero se negó totalmente.
“Me dio tantas vueltas que me pareció muy raro, entonces, decido tomarme un remis e ir a la casa de sus abuelos que es donde él vive. Llego y estaba su tío, el abuelo me dice que no me puede entregar a la nena porque no está el papá, le dije que al ser su mamá tengo el mismo derecho que él”. Además, el régimen horario ya había finalizado, por lo que correspondía que esté con la mujer.
“Cuando estoy discutiendo con él, sale mi hija de adentro de la casa en malas condiciones, sucia y sin medias, gritando: mamá me voy, no quiero volver más. Yo la alzo y el señor (abuelo de la menor por parte paterna) intenta agarrarme para que no me vaya evitando irme”.
Logró salir de la casa y se subió al remis, a lo que el conductor “me pregunto si necesitaba ir a otro lado y le pedí que me llevara a minoridad. Una vez allí el conductor me acompaño al lugar y les comento lo sucedido, cuando me están tomando la denuncia viene una señora de gabinete diciéndome que mi nena le había contado que no quería ir más porque el padre la manoseaba y que le había dicho reiteradas veces que no quería, que le dolía y que el tío también hacia lo mismo”.
El progenitor le dijo “que no dijera nada porque si no le iba a pegar o encerrar en el fondo”. Él la buscaba por la casa de su madre y la llevaba supuestamente a su vivienda ubicada en el barrio el Mirador, “después mi hija me contó que no, sino que la dejaba en la casa de la tía en el Austral y ahí es donde dice que el tío la tocaba”.
Cabe destacar que, primeramente, ella se acercó a Minoridad y Familia para hacer una denuncia por maltrato porque la menor tenía un moretón en el brazo, pero cuando su hija estaba dibujando le comenta esta situación a uno de los referentes de gabinete. “En ningún momento mi hija me informó de la situación. Fue la señora quien me comentó sobre esto y me dijo: mire mamá yo no puedo hablar con ella, pero ella me lo comentó y yo la escuche. Me gustaría hablar con usted para saber si radicará la denuncia”.
Continuo, “me dan un momento para hablar con mi hija y ahí me expresa lo que estaba viviendo, decía que cuando la baña la lastima y que le toca sus partes íntimas. A su vez me preguntaba: ¿por qué me hace así mamá? Si vos me bañas con ropa interior, ¿por qué papá me mete la mano y me hace doler?” Asimismo, “me confirmó que al único que quiere es a su abuelo que casi nunca está porque no la trata mal”.
Con respecto a su progenitor describió que “es una persona muy complicada con la que no se puede hablar. Hemos tenido inconvenientes porque no podemos llegar a un diálogo, tenía un régimen homologado en su momento, el cual yo respeté en regla hasta que hice la denuncia en enero, luego desapareció desde la Policía y no saben que sucedía, por eso tuve que hacerla nuevamente en el mes de mayo”. Agrego que “solo intervino Protección Integral quienes conversaron con mi nena y expresó lo mismo. Le comentaron que pedirían la prohibición de acercamiento por tiempo indeterminado, pero hasta junio no estaba y no había absolutamente nada”.
Además, ella intentó comunicarse con él para que le dé explicaciones de lo sucedido, a lo que contesto “que la nena era una mentirosa, ella miente porque vos y tu marido la malcrían. Está acostumbrada a las mañas. Automáticamente, me comenzó a enviar audios insultándome y diciéndome que yo no le iba a negar tener contacto con su hija”
Aparentemente, el padre de la menor tiene conocidos en la Policía “ese día que fue a efectuar la denuncia un oficial me miraba y se reía, pero luego me acerque a preguntarle si tenía algún problema conmigo, pero negó absolutamente. Les solicité el número de denuncia para averiguar en el juzgado y me dijeron que no me lo podían otorgar a mí, pero si a mi abogado”.
Desde el momento en que denunció a esta persona, recibe maltrato por parte de la familia del padre de la menor y acoso. Desde la prohibición de acercamiento no tuvo contacto con él “hasta el mes de junio que se acercó él junto a su hermana y mamá a mi domicilio para saber como estaba mi hija. Les solicité que se retiren, su progenitor estaba alcoholizado y no se quiso retirar, sus familiares me dijeron que tenían derecho”.
Ante ello, llamó a la policía y “se acerco a consultarle que le sucedía porque tenía una prohibición que estaba incumpliendo. Luego, vuelve su mamá diciéndome que circule con cuidado, que la nena es una mentirosa y que las cosas no van a quedar así. Es un constante acoso por parte de sus familiares hacia la mía y la escuela a la cual ya no quiere asistir, igualmente, la vio un pediatra y la diagnostico con depresión (tengo el certificado)”.
Continuo, “tuvo un cambio de conducta y tiene negación hacia su apellido porque dice que no es su papá. Él fue una vez a la escuela para verla y el maestro no lo conocía, a lo que le pidió que se retirara y como no quería hacerlo llamarón a la policía, supuestamente, tenía patrullaje, pero no hay novedades”.
Además, solicita ayuda psicológica para ella, “pero hasta ahora no conseguí turno porque está en una lista de espera. Yo quiero justicia, porque ella es chiquita tiene 7 años y no se puede defender, yo soy su mamá y la tengo que proteger”.
ElFueguino