Un caso de violencia intrafamiliar sacó a la luz nuevamente graves irregularidades en el accionar de la Justicia provincial.
Carla Kirstein decidió el sábado último denunciar a través de su cuenta de Facebook a su marido, el abogado relator Marcelo Guzmán, de haberla agredido salvajemente. 5 días antes lo había hecho en sede policial, adjuntando certificado médico y fotos de su rostro y cuerpo marcados por contusiones. Dijo que en medio de una discusión se cayó de la escalera, en la casa familiar, y que estando en el piso, él la agredió a golpes de puños y patadas. El hombre no fue detenido, ni trasladado para la actualización de legajo, como ocurre por norma con cualquier ciudadano. Solo al viralizarse el video de Kirstein, el juez Loffler emitió un comunicado oficial para informar que había decidido – recién en ese momento – apartarlo de sus funciones en su vocalía.
El sábado último conmovió a la comunidad fueguina, la viralización de un video en el que se ve a una mujer con el rostro amoratado, los ojos hinchados y voz llorosa constante, relatando que teme por su vida: “Estoy casada, todavía, con un señor que se llama Marcelo Guzmán. El es abogado. Trabaja en el Superior Tribunal de Justicia al lado de uno de los principales jueces, el Dr. Loffler, a quien no conozco” – comenzó diciendo a modo de presentación, Carla Kirstein.
Aunque no lo relata en su exposición, Kirstein debió ser atendida por personal médico luego de que en la madrugada del lunes protagonizara con su esposo una violentísima pelea, en la casa en que residían junto a la hija de ella, de 19 años de edad y otra de ambos, de 8. En el fragor de la discusión la mujer se habría caído por una escalera, refiriendo que al quedar tendida en el piso, su esposo la agredió con golpes de puño y patadas. Según cuenta, este no es el primero ni único episodio por el que ha atravesado: “Estoy casada con Marcelo hace 12 años y nos conocemos hace 15. Soy oriunda de la provincia de Chaco y estuve viviendo muchos años en Cordoba en donde lo conocí. El me ayudó en la última etapa de mi primer divorcio. Me ayudó muchísimo. Así empezamos una relación. Yo tenía una hijita de mi primer matrimonio que ahora tiene 19 años y que Marcelo conoce desde los 3. Nos casamos, en principio íbamos a vivir en Chaco pero él propuso venirnos para acá, a Ushuaia. A pesar de sus miles de promesas y un proyecto de vida diferente, a los 3 o 4 meses de convivencia, Marce empezó a mostrar quién era, dentro de casa. Lo cierto es que en estos 12 años he pasado infinidad de hechos de violencia económica, psicológica y últimamente también física. Jamás me anime a denunciarlo porque una esta consciente de que está en inferioridad de condiciones, yo soy una profe que tiene un espacio de Pilates, sin ingreso fijo, sin nada”.
Dentro de las graves situaciones que relata Kirstein, también se refiere al proceder de quien es uno de los más directos colaboradores del siempre polémico cuarto integrante – y más poderoso, según lo catalogan en los pasillos de Tribunales – del Superior Tribunal de Justicia: Ernesto “Nené” Loffler. Marcelo Guzmán es abogado relator de la vocalía del mencionado magistrado, lo que le permite gozar de una remuneración equivalente justamente a la de un juez. Esa posición de poder justamente fue abordada en el video por su esposa. Así lo expresó: “El además de ser abogado y de conocer profundamente estas cuestiones, trabaja en un lugar con gente muy poderosa, a quienes no conozco. Yo solo hablo por sus dichos. Por lo que le escuché a él, por sus amenazas. Oídas constantes sobre ellos, sobre él, sobre el lugar que ocupan y lo que pueden hacer. Siempre me decía `mira el lugar en dónde trabajo y con gente que hace esto… y esto… y esto otro´. Me decía que yo era una simple profe de Pilates mientras que él era un profesional del Derecho. De hecho cuando consulté con algunos abogados ninguno quiso tomar mi caso, con diferentes excusas, claro. Cuando se enteran quién es Marcelo y para quién trabaja no me quieren representar. Hoy dependo de que un abogado tenga el suficiente coraje para enfrentarse a toda esta maquinaria política que es el Poder Judicial, el Superior Tribunal de Justicia de la provincia. Es más, debido a distintos acontecimientos nos dimos cuenta que el teléfono está intervenido por él y es capaz de eso porque ya me ha grabado otras veces. Por eso tampoco me puedo comunicar con nadie para contarle lo que que me pasa. Además él se puede anticipar a todo porque trabaja en un lugar en donde lee todos los expedientes de todo el mundo. Siempre llegaba a casa contando que había leído el expediente de sultano o de mengano, de todos…”.
En lo que concierne a su mayor temor, el de ser asesinada, Carla Kirstein lo expuso en contundentes palabras: “Yo temo por mi vida. Tengo una terrible sensación de desprotección, de inseguridad, de miedo, de sentirme atrapada, de no saber cómo seguir. Solamente yo conozco a esta persona y de lo que es capaz. Me ha hecho cosas que ni en una película aparecerían, me ha grabado como ya dije, ha tratado de encerrarme y hasta de declararme insana. Ha inventado cosas terribles. A el no le importa nada. Ya el otro día que se fue de casa, estuvo en la escuela adonde va nuestra hija. Es cierto que él no tiene una prohibición para acercarse a ella pero es obvio que si él no la lleva y trae, lo hago yo, por eso él sabía que yo iba a estar en el colegio. A pesar de la orden de restricción también se atrevió a estar a 5 metros de mi trabajo y se paró al lado de la puerta del local. El es capaz de todo y por eso tengo tanto miedo. Además conoce muy bien todos nuestros movimientos. Vivo con miedo cuando camino de mi casa a mi trabajo y viceversa, a las 11 de la noche. Camino mirando para todos lados temiendo que alguien me acuchille por la espalda. O mande a alguien para que me reviente a sopapos. ¿Y si mañana volviendo del trabajo me mata?. No me digan que no hay casos así. Lamentablemente cuando aparece una mujer muerta tirada por ahí recién se toma conciencia. ¡Yo de verdad tengo mucho miedo!. Claro que él es un señorito inglés para los de afuera, para sus amigos, para sus compañeros de trabajo y yo soy una tarada que está en tratamiento psicológico. Y sí. Porque hay que llevar 12 años esto y así y todo levantarse todos los días a trabajar, maquillarse y poner la mejor cara. Por eso hago este video, por si algo me pasa”.
La presunta influencia que podría estar incidiendo en el tratamiento de su caso, fue también expuesta por Kirstein en relación a la intervención del magistrado Marco Mellien, de quien dijo que en todo momento se preocupó por resaltar que a él el juez Ernesto Loffler no le decía lo que tenía que hacer: “El miércoles pasado me hicieron declarar en el Juzgado de Familia. El juez me recibió 3 minutos y no me dejó hablar. Solo me recibió para aclararme que a él `no lo mandaba nadie´. Que se había enterado que yo estaba preocupada porque pudiera haber algún favoritismo por el lugar que Marcelo ocupa dentro del Poder Judicial. Siguió insistiendo en todo momento que a él no lo mandaba nadie y no me escuchó. Obviamente él se estaba cubriendo las espaldas” – sostuvo la denunciante.
Además de protección, Carla Kirstein pide volver a su provincia natal, Chaco y consigna que necesita una autorización judicial para hacerlo, incurriendo en un error que al parecer nadie le ha aclarado y que es que la legislación de Argentina faculta a cualquiera de los padres a moverse dentro del país, sin ningún tipo de autorización escrita del otro.
“Acá no tengo amigos, ni plata, ni nada. Estoy sola. El me fue acorralando. Me cortó la única tarjeta de crédito que tenía que era una extensión de la tuya, pero siempre pagándole las cuotas de lo que gastaba en efectivo. El manejaba todo en la casa. Todo. Controlaba las páginas de Internet en las que navegábamos, controlaba las compras de la casa. Yo ni sé cuánto gana. En estos 12 años aprendí a qué decir y qué no, cómo decirlo o cómo tratar de decirlo. Por eso le pedí al juez un pedido transitorio para volver a mi casa, a Chaco, donde tengo a mi familia y a mis amigos, donde voy a estar segura. Allá podría llevar una vida más tranquila y vivir de mi trabajo. Pero no me dieron bolilla. Solo atinaron a extender las medidas de exclusión y fijar una cuota de alimentos transitoria que no cubre ni la cuarta parte solo del alquiler de la casa que alquilamos. Yo no tengo los recursos económicos que esta persona que tiene una categoría de juez y que era el sostén del hogar. Y eso me los recordaba las 24 horas del día, cada día de la semana. Nos decía que comíamos las chicas y yo gracias a él, que teníamos un techo gracias a él y que vivíamos gracias a él” – destacó la mujer que es conocida por su actividad como profesora de actividad física y de corrección postural, en el local ubicado en calle Deloqui 1475, en Ushuaia.
No dejó de conmover en la parte final del video casero, la aparición en el cuadro de unos deditos que le agarran a Kirstein el brazo, muy posiblemente los de su hija de 8 años de edad, los que la mujer aparta con firmeza mientras sigue hablando.
Diario Prensa