Vive en Ushuaia desde hace muchos años, rodeada del afecto de su familia. Tiene el secreto de la eterna juventud y lo quiere compartir con los lectores de Prensa Libre.
Simpática, conversadora y generosa a la hora de contar qué hay que hacer para vivir no solo muchos años sino también cómo llenarlos de felicidad, hoy 9 de julio la querida vecina festejará junto a los suyos más de un siglo de vida.
Se llama Pilar De Lama pero es más conocida como la abuela Márgara. Nació un 9 de julio de 1916, día del Centenario de la Independencia, en Luján de Cuyo, su amada Mendoza. Y aunque el almanaque da cuenta de que tiene 104 años, el brillo de su mirada, su agenda siempre llena de cosas por hacer y la coquetería que la llevó a la peluquería “para estar linda” en el festejo familiar, hablan de su admirable juventud.
Márgara es madre de Margarita y suegra de Héctor Monsalve, abuela y bisabuela de muchos nietos y bisnietos que la adoran y a quienes ella se prodiga cocinándoles su especialidad: las empanadas cuyanas.
Su vida no fue nada sencilla y tuvo que trabajar duramente desde muy joven. Fue modista fina y de alta costura y también se desempeñó como profesora de corte y confección. Aún mantiene intactas sus habilidades, todavía teje, memoriza cálculos, medidas y rebajes a la perfección, demostrando sus tejidos que es dueña de una lucidez asombrosa.
Diario Prensa Libre le preguntó lo que todos queremos saber: – “Márgara… cuál es el secreto para tener más de un siglo de vida, estar muy bien y lucir tan joven y feliz?”. La respuesta fue inmediata, como si no se reservara nada para ella y estuviera gustosa de revelar la fórmula de la felicidad: “Lo importante es cultivar el buen humor cada día y no dejar nunca de tener proyectos. Antes de acostarme planifico las tareas que tengo que hacer al día siguiente ¡y siempre tengo muchas cosas para hacer!. Me gusta la jardinería, la pastelería y hacer licores frutales que mi gente disfruta muchísimo y también yo, viéndolos disfrutar. Además me encanta cocinar. ¡Para mi cumpleaños voy a hacer empanadas mendocinas para todos!”.
La querida Márgara ha pasado más de una pandemia por eso ésta última, la del coronavirus, no la amedrenta. Los que la quieren la cuidan “como a un cristal” y ella, se deja cuidar y mimar. Ni siquiera la distancia con una de sus nietas y sus bisnietitos, residentes en Buenos Aires, es motivo de tristeza porque aunque nació en la época en que Newton inventaba la llave de luz, ella hoy disfruta de las videollamadas por celular o la compu.
Antes de despedirnos, la centenaria abuela nos regaló un tip más para tener buena salud, indispensable para ser longevo: “Yo como muchas frutas y verduras. Mi preferida es la manzana. ¡Ahh… y una copita de vino tinto para acompañar la cena, es algo infaltable!”.
¡Felicidades querida Márgara y que sean 104 años más!
Diario Prensa
