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J. recuperó el alta médica y se nombró a su abuelo como tutor legal

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Recién el 3 de marzo último fue reconocida por su padre en el Registro Civil de Ushuaia.

La pequeña niña que sobrevivió milagrosamente al incendio en el que perecieron sus tres hermanitos de 4, 8 y 9 años de edad, continuará el tratamiento de recuperación de las graves quemaduras que sufrió, en el domicilio de un abuelo, aunque bajo el cuidado de sus padres. J no cuenta ni siquiera con el calendario de vacunas completo y en su corta vida ya acumula el trauma del maltrato y el abandono.

J., cuyo nombre no se difunde en atención a que se trata de una menor de edad que es parte de un penoso proceso judicial en trámite, pasó 20 días internada en el Hospital Regional Ushuaia luchando a brazo partido por su vida. El 11 de febrero alrededor de la 1.30 de la madrugada fue rescatada del interior del horno en el que se había convertido la casilla de chapa que habitaba con sus padres y sus tres hermanitos, en la calle Natalie Goodal 2130 del barrio Andorra, en Ushuaia. Ella, de 2 años y sus hermanos René Yuthiel de 4 años de edad; Bastian Ezequiel de 8 años de edad y Jazmín Ayelén, de 9 años de edad, estaban solos porque sus padres habían salido “a dejar a un amigo” – dirían después. En una cama ubicada en los fondos de la vivienda dormían los cuatro chicos, calefaccionados por una pantalla de gas colgante y en la parte anterior, dos hornallas habían quedado encendidas. En ese sector precisamente comenzó el fuego, presumiblemente porque el artefacto se desprendió de la pared y cayó sobre la cama. Por causas que se ignoran solo J se levantó y caminó hacia la parte frontal de la casilla, desplomándose a metros de la puerta cerrada con llave desde afuera. Cuando dos policías y un vecino la derribaron a patadas, la encontraron semi desvanecida, con el torso cubierto por una remerita y sin ropa interior. Luego relatarían que la nena tenía espuma en la boca, los ojos hacia atrás y la cara, cabeza, brazos y piernas muy quemados. Así, en estado desesperante y en shock, la nena ingresó poco después a la guardia del nosocomio en donde inmediatamente los médicos se abocaron a estabilizarla. Comenzaba así un largo camino de recuperación que una vez superada la faz terapéutica, con la cicatrización de las lesiones derivadas de las quemaduras de segundo grado sufridas por acción del fuego, además de las psicológicas, continuará con un número indeterminado de intervenciones de reparación estética, cuando sea más grande.
Finalmente, después de muchas idas y venidas al quirófano para retirar piel muerta y suministro constante de antibióticos para evitar infecciones, J., fue dada de alta.
Deberá continuar siendo atendida con dedicación porque su rostro requiere de aplicación permanente de vaselina para mantener la piel humectada y sus brazos y piernitas de crema vitaminizada para favorecer la reparación celular. Además se le deberán suministrar analgésicos para minimizar el proceso doloroso en el que se encuentra.

Un futuro incierto

Finalmente la Justicia no restituyó a J a sus padres, en el terreno legal al menos, pero sí en la práctica.
Cuantiosos informes socio ambientales, policiales y de la escuela 47 adonde concurrían los tres niños escolarizados, fallecidos, muestran a los dos sujetos, O.A.G, de 34 años de edad y A.B.M., de 26 años, como dos personas violentas entre sí y para con sus hijos; adictos a sustancias y negligentes en el cuidado de los cuatro menores. J ni siquiera tenía el calendario de vacunación al día ni contaba con su filiación completa, lo que recién ocurrió el 3 de marzo último, cuando a su nombre y apellido materno se sumó el paterno.
Aunque la Justicia determinó que J quede “bajo la responsabilidad legal” de su abuelo (ya se había intentado en una ocasión que algunos de los chicos estuvieran con la abuela, sin que fuera una experiencia positiva para ellos y debieron volver con sus padres), en la práctica los dos individuos continuarán en contacto diario con ella.
Consultada una fuente judicial por Diario Prensa Libre, solo se pudo saber que “actualmente está haciendo el seguimiento del caso la Dirección de Intervenciones Territoriales y otros órganos técnicos, y se están evaluando las mejores alternativas para la situacion de la niña”.

Diario Prensa