Los últimos meses la fundación conservacionista del estadounidense Douglas Tompkins desplegó sus acciones de lobby en Tierra del Fuego buscando que la legislatura provincial declare a Peninsula Mitre como Parque Provincial
No es casual que ante el aumento de la deuda externa, aumente la presión internacional para que extensas zonas del país estén bajo el ambiguo paraguas de la “protección”, teniendo en cuenta as recetas de los organismos internacionales que obligan a nuestro país a poner nuestros recursos como garantía para el pago de esa deuda
Tampoco es casual que sean universidades extranjeras quienes impulsen las investigaciones sobre nuestras zonas protegidas.
La supuesta protección de grandes extensiones de territorio se encuadran en una estrategia de «internacionalización ambientalista» que a la corta o a la larga terminan siendo una extranjerización de territorios de países en vías de desarrollo, constituyendo una nueva forma de «colonialismo verde»
No es casual que las organizaciones ambientales que impulsan, apoyan y sostienen estas iniciativas de esa “ola verde” tengan sus sedes en Estados Unidos, Inglaterra o en paraísos fiscales. Lugares estos últimos que existen para evadir impuestos, debilitar a los países soberanos y blanquear capitales.
Sus poderosos aliados, los grandes medios de comunicación, confunden al pueblo con sus operaciones mediáticas y alteran las prioridades de la agenda pública, saturando de información a los ciudadanos con el tema que es de su interés hasta que obtienen de los gobernantes lo que necesitan a costa de las reales necesidades del pueblo.
Su modo de actuar, siempre es con muy buenos modales, pero sostenidos por poderosos intereses extranjeros. Siempre en una asociación entre ONG y medios de comunicación, sumado a gobiernos extranjeros y un fuerte lobby con figuras famosas incluidas.
No es casual que en simultáneo, desde la base militar de la OTAN en Malvinas, pretenden ampliar la “cooperación” para proteger de forma conjunta el Atlántico Sur.
Cuentan con holgados recursos económicos para hacerlo, tanto materiales como profesionales. mientras usan la pantalla del voluntariado para poner a trabajar a las personas sin remuneración en la defensa de sus intereses.
Estos sectores han puesto en su mira a la península Mitre, para “protegerla” y brindar su «desinteresada» ayuda y colaboración, como ya lo hicieron en sectores sensibles del país como el acuífero guaraní, en los esteros del Iberá, la Triple Frontera, y el Impenetrable chaqueño.
Mientras al país lo encadenan con la deuda y le vendan los ojos con los medios de comunicación, nos condenan a renunciar a todo progreso material con la excusa de cuidar el ambiente, como si nosotros no pudiéramos o no estuviéramos capacitados para hacerlo. Igual que una tutela colonial.
¿Para qué? Para tener un ambiente sin personas, sin argentinos que lo contaminen. Para uso y disfrute de los poderosos intereses extranjeros que buscan nuestros recursos naturales, nuestro mar, nuestra agua dulce, porque ellos ya han depredado los suyos.
Tierra del fuego es una zona estratégica global. Siempre en la mira de los ojos extranjeros que siempre han querido controlar los destinos de los países y en particular condicionar el desarrollo de la Argentina. Hoy tienen muchos más medios para conseguirlos, y son muy poderosos.
Debemos estar en alerta frente a los intentos de siempre de someter al país, desde afuera y desde adentro.
