Las circunstancias y la ausencia de lesiones y heridas, hacen presumir de un suicidio del joven que tenía tan solo 18 años.
Los primeros peritajes en torno al cuerpo del occiso buscaron señales distintivas como tatuajes o señas particulares, que descartaron un pedido de paradero que había, por lo que la identidad del joven fue una incógnita por algunas horas dado que tampoco tenía documentación entre sus ropas.
Finalmente fue trasladado a la morgue donde fue reconocido como Cristian Robles de 18 años, indicando todo a prima facie que se trataría de un suicidio aunque falta aún el dictamen final de la autopsia.