En un nuevo acto de irresponsabilidad, en medio de la pandemia del coronavirus el concejal Diego Lassalle (Forja) se ausentó de la ciudad de vacaciones y no estuvo presente en la sesión del Concejo Deliberante donde se aprobó la emergencia sanitaria en Río Grande. Situación que reviste de una gravedad institucional que no se puede disimular.
A Lassalle no parece preocuparle la gravedad de la situación, ignorando el decreto de su jefe político, el propio gobernador que firmo el decreto que puso en cuarentena a toda la población para salvaguardar la salud publica.
Pero esta conducta del concejal de Forja no es nueva, recordemos que Lassalle embolsó casi 300 mil pesos entre plus vacacional y vacaciones no gozadas como ex subsecretario de la agencia de deportes. Días después, juró como concejal y se fue de vacaciones cobrando el sueldo a pesar de no haber trabajado. Pero esto no termino allí, Lasalle siguió de vacaciones por seis semanas, debía presentarse el 15 de enero a trabajar y ocupar su lugar en la comisión legislativa de receso del Concejo Deliberante, situación que no sucedió.
Es lamentable que en medio de la pandemia del COVID-10, Diego Lassalle, se haya borrado de la ciudad, en lugar de quedarse para cumplir la función para la que fue electo. Pero lo mas lamentable es la falta de reacción de la sociedad civil, del silencio complice, que no toma nota de las reiteradas inconductas de este muchacho que parece creer que obtuvo una beca, que le permite embolsar un buen sueldo, viaticar, pasear y vacacionar, gracias al lomo pagador del pueblo de Río Grande.
