Provinciales

“Eloy como muchos de nosotros, vive en condiciones deplorables…”

Comparte:

Cuidador de uno de los predios intrusados en la Ruta J, expuso la cruda realidad de su día a día.

La desaparición de un trabajador informal, decidió a otro peón que también trabaja en negro y en condiciones de absoluta precariedad, a romper el silencio.


Luego de conocerse el pedido de paradero radicado por un puestero de la Ruta J, alarmado por la desaparición de su amigo Eloy Coria, otro peón rural expresó a Diario Prensa Libre su descontento ante la crítica situación en la que se encuentran, especialmente cruda en ésta época del año.
El hombre, de pelo canoso y espalda encorvada, de unos 70 años de edad, dijo que él también tiene a cargo el cuidado de una casa del sector, y que como muchos otros, vive en condiciones de absoluta precariedad.
Consultado acerca del nombre de su empleador, el septuagenario se abstuvo de aportar su nombre “porque eso significaría tener problemas con el patrón y estaría peor que lo que estoy ahora, de patitas en la calle”, aunque solo aportó que “es dueño de una agencia de autos de altísima gama, en Ushuaia”.
Por las mismas razones usaremos el nombre ficticio de don Francisco para no identificarlo con su nombre real, ya que “si vivir así es muy difícil, sin trabajo ni ningún ingreso, a mi edad, sería más desesperante todavía”.
Preguntado acerca de las tareas que él y otros hombres realizan como cuidadores de construcciones asentadas en tierra fiscal, usurpadas al Estado, pero cercadas y con carteles que rezan – en el colmo del absurdo – “Propiedad privada, no pasar”, don Francisco explicó: “Somos muchos los que por necesidad trabajamos para gente que se apropió acá de hectáreas y hectáreas de tierra tirando alambre y cercando, nomás. Los patrones vienen cada tanto, los fines de semana y a veces en ésta época. En casi todos los casos los dueños tienen la casa cerrada para uso exclusivo de ellos y nos dan un galpón para que viva el cuidador”.
Consultado sobre cómo se calefaccionan, sobre todo en el invierno, con temperaturas bajo cero o cómo se higienizan dado que tampoco existe conexión de agua ni cloacas, don Francisco con gesto de resignación respondió: “La única forma de calefacción posible es la de leña. Prendemos tachos a modo de salamandra y con eso nos calefaccionamos porque red de gas obviamente no hay y usar garrafas es muy complicado porque hay que traerlas, transportarlas a través del bosque y después hacer el camino inverso para llevarlas a Ushuaia para recargarlas. Y en cuanto a la higiene calentamos agua en tachos para bañarnos con jarro, cada tanto. Hay que vivir una situación así para entender lo que nosotros pasamos…”.
Sobre la visita por el sector en alguna oportunidad de los gremios que representan a los trabajadores rurales, don Francisco fue terminante: “Nunca jamás vino nadie a preguntarnos nada. Ni a censarnos ni a preguntarnos qué hacemos. Todos estamos en negro. Aceptamos vivir así porque muchos de nosotros ya no podemos conseguir trabajo haciendo otras cosas, por la edad y nos conformamos con tener un techo sobre la cabeza. Sé inclusive que hay algunos muchachos que cobran 2 mil pesos apenas y que sus patrones les dicen que se conformen porque ´les dan casa”. Son galpones helados, de piso de tierra, con una bombilla de luz y cables puestos así nomás. Yo no cobro mucho más, pero es lo que tengo. Ojalá alguna vez pasara alguien a ver cómo estamos y a exigirles a los patrones que nos den condiciones más dignas para vivir”.

“Eloy está enfermo”

En relación a la desaparición del puestero Eloy Coria, don Francisco dijo conocerlo desde hace muchos años: “ese hombre es bajito, medio rechoncho y sé que está enfermo. Creo que tiene cirrosis. La semana pasada se descompuso y empezó a vomitar sangre, por eso le pidió ayuda a otro muchacho y lo llevaron al HRU. El vive en un lugar muy apartado del camino, hay que caminar mucho hasta llegar a la casa que cuida y para colmo no tiene vecinos cerca. Siempre se las arregla haciendo dedo para que lo lleven a comprar víveres a Ushuaia, pero esta vez es muy raro que nadie sepa de él. Es muy reservado. Nunca supimos para quién trabaja… Ojalá aparezca sano y salvo”.