Se trata de un hombre que cursó los primeros días de la enfermedad en su casa en el pequeño poblado pero luego al agravarse, fue trasladado al HRU, en donde ayer falleció.
Ayer, martes 17 de noviembre en las últimas horas de la tarde, la pequeña comunidad de Puerto Almanza se conmovió ante la novedad del fallecimiento de uno de sus vecinos, víctima de COVID. Se trata de un hombre de aproximadamente 60 años de edad que supo realizar tareas de buzo de profundidad hasta que algunos problemas vertebrales se lo impidieron y continuó realizando trabajos de pesca con red.
Según se pudo saber al ser consultados sus allegados, A., habría tenido contacto con vecinos de Ushuaia, luego de lo cual empezó a sentir síntomas compatibles con el virus pandémico. Justamente al pasar por su casa un grupo de agentes sanitarios que realizaron el 27 de octubre una campaña de detección, lo vieron en mal estado de salud, por lo que decidieron su inmediata derivación al nosocomio capitalino. Con otras patologías concomitantes de índole cardíaca y renal, y un cuadro de diabetes, A., fue internado en la Unidad de Terapia Intensiva y conectado a un respirador mecánico. Pese a que había manifestado signos de mejoría y los médicos estaban considerando la posibilidad de trasladarlo a sala general, el infortunado vecino almancense, falleció.
“Todavía estamos esperando los resultados de los PCR”
Vecinos de Puerto Almanza manifestaron a Diario Prensa Libre su malestar ante la falta de respuestas por parte de las autoridades de salud, dado que el día 27 de octubre último fueron hisopados por una comitiva sanitaria del Hospital Regional Ushuaia, pero a la gran mayoría de ellos no se le informó el resultado.
“¿De qué sirvió entonces que esta gente viniera hasta acá, que recorrieran los 75 kilómetros de la Ruta 3 y de la J, de venida y vuelta, para hacernos los PCR si después no nos dieron la información que nos permita saber si nos dio positivo o negativo el estudio? Realmente absurdo” – se lamentó una de las pobladoras del lugar que hace 22 días recibió en su casa a un médico, y a algunos asistentes de enfermería. La vecina finalmente, expresó: “A muchos de nosotros nos costó aceptar que vinieran de Ushuaia, en donde hay tantos casos, y entraran a nuestra casa. Aceptamos y nos arriesgamos, venciendo el temor de contagiarnos, al final, para nada”.
Fuente Diario Prensa.