DISCURSO DE LA GOBERNADORA ROSANA BERTONE
Señores senadores nacionales, señor vicegobernador de la provincia, legisladores provinciales, autoridades municipales, concejales, miembros del Superior Tribunal de Justicia, Fiscal de Estado, integrantes de las fuerzas armadas y de seguridad, queridos veteranos de Guerra de Malvinas, miembros del cuerpo consular, funcionarios del Poder Ejecutivo Provincial, docentes y directivos de establecimientos educativos, representantes del Museo Marítimo y del Presidio, ciudadanos de la capital de Malvinas, señoras, señores, buenas tardes.
Es para mí un gran honor, como gobernadora de Malvinas, estar hoy acompañando a Jorge y a Rafael, en esta jornada de reflexión a 30 años del Acuerdo de Madrid I, que se enmarca en una serie de actividades y encuentros que hemos venido desarrollando desde el Gobierno de la Provincia a lo largo de estos años.
El objetivo de esto, es justamente, repensar una nueva estrategia nacional para Malvinas, que tenga especialmente presente la voz de los fueguinos. Que dé lugar a incorporar la mirada que desde Tierra del Fuego tenemos sobre algo que nos une a todos los argentinos, como lo es la lucha por recuperar el pleno ejercicio de la soberanía nacional sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.
Es por ello que hemos elegido también este lugar, tan simbólico y tan lleno de historia para nuestra ciudad, como lo es el antiguo presidio. El cual fue instalado como parte de una estrategia nacional de otro tiempo para ocupar de manera efectiva las comarcas australes de nuestro país, y mediante las presencia de la Armada, asegurar la soberanía argentina en estas latitudes.
Este espacio, que hoy nos congrega, es visitado a diario por personas de todo el país, y del resto del mundo para interiorizarse sobre un capítulo de nuestra historia que tuvo que ver mucho con los orígenes de Ushuaia y su proyección natural hacia todo el Atlántico Sur, de la que este sábado se cumplen 135 años.
Estoy convencida de que una verdadera estrategia nacional sobre Malvinas, no debe limitarse sólo a las islas. Debe contemplar la presencia efectiva de nuestro país en el mar, y la proyección hacia la Antártida.
El Estado Nacional tiene un rol central en la planificación de estas acciones. Es por eso, que no es lo mismo quién esté al frente del Ejecutivo Nacional.
Rafael, como ex canciller, ha sido uno de los actores clave para rever algunos de los puntos de estos Acuerdos de Madrid.
En pesca, hidrocarburos y comunicaciones, nuestro país no ha visto más que consolidarse la posición británica en el Atlántico Sur en vez de aceptar iniciar negociaciones por la soberanía de las islas.
La política de agradar a los británicos, una vez más, vuelve a demostrar la falacia que representa.
Un ejemplo: la cooperación antártica. Luego de que nuestro país suscribiera un acuerdo de cooperación antártica con el Reino Unido, ese país registra a su más avanzado buque de investigación con la bandera ilegítima de Malvinas. Es claramente una provocación más y una muestra más de las distintas acciones unilaterales que llevan adelante.
En pesca es otro ejemplo. Las licencias que emiten degradan los recursos nacionales en el mar argentino. Hemos presentado nuestra protesta en el Consejo Federal Pesquero, para que quede asentada la posición de la provincia. Frente a ello, nos enteramos que Nación reactiva la Subcomisión Científica de la Comisión de Pesca del Atlántico Sur, junto al Reino Unido.
Y también en los avances que han tenido los británicos en el desarrollo de la exploración de hidrocarburos.
Todo esto fue posible por la hoja de ruta trazada por el acuerdo Foradori-Duncan.
Este acuerdo fue para nosotros una página negativa de nuestra historia reciente.
Se hizo a espaldas del Congreso, no se tuvo en cuenta la opinión de los fueguinos, y avanzó en una serie de concesiones unilaterales que nos vuelven al espíritu de los Acuerdos de Madrid, que habíamos comenzado a dejar de lado.
Habíamos obtenido un fuerte respaldo de los países de la región para generar acciones concretas en defensa de nuestra soberanía agredida.
Para evitar eso, impulsamos el debate de la Ley Malvinas. Para que todo acuerdo con el Reino Unido relativo a Malvinas, pase por el Congreso.
En momentos de dificultades, es cuando debemos tener más que nunca en claro nuestras convicciones.
Por mandato constitucional, por historia, y por convicción, estoy obligada a defender, con una firme política de Estado, la integridad territorial de la jurisdicción provincial.
Lo seguiré haciendo desde el lugar que me toque. Con las mismas convicciones de siempre.
Seguiremos adelante, porque nos asiste el derecho y la historia y porque es justo nuestro reclamo. Pero sobre todo, porque tenemos entre nosotros a quienes fueron hace 37 años a las islas a dejar lo más preciado que tenían: sus vidas.
Por ellos, por su memoria, por su identidad y porque fueron los veteranos de Malvinas, quienes combatieron también a su regreso el feroz silencio de la desmalvinización, es que esperamos que poco a poco, lo que se decide a nivel nacional, incorpore la mirada local y defienda el interés nacional y provincial en la zona.