Ingresó al Parlamento provincial una nota firmada por Claudio Zaracho solicitando el tratamiento y aprobación de un proyecto de ley para la creación del agrupamiento “Chóferes de ambulancia de emergencia de la administración pública provincial de Tierra del Fuego” en el escalafón Húmedo.
Los trabajadores quieren diferenciarse del resto de los chóferes de la administración pública por las funciones que se les exige en la atención de primeros auxilios, además de los riesgos a los que se exponen en las urgencias y emergencias médicas.
En Tierra del Fuego hay unos 40 ambulancieros en esta situación. En el mes de marzo ya presentaron una nota a la Legislatura solicitando el tratamiento y aprobación de un proyecto de ley que los contemple.
El proyecto está sustentado en el “profundo sentido humanitario en relación a la urgencia y emergencia médica, que requiere la preparación técnica necesaria de conducir un vehículo en donde se resguarda la vida del paciente y de los profesionales que lo asisten como terceros que transitan en la vía pública”.
Cabe recordar que, entre las competencias y funciones de los chóferes de ambulancia, está no solo la conducción de ambulancia para el traslado de pacientes enfermos, lesionados o convalecientes, sino también la de “brindar técnicas de primeros auxilios, velar por el funcionamiento del vehículo y brindarle el mantenimiento requerido, requiriendo tanto conocimientos de normas de tránsito y mecánica como de primeros auxilios y uso de los EPP y riesgos a los que se encuentran expuestos”.
Según se indica, en esta situación se encuentran unos 40 chóferes de las ciudades de Río Grande Ushuaia y Tolhuin, cuya tarea “no solo es de riesgo sino de gran presión en cuanto a la salud mental, lo que demanda trabajadores preparados no solamente en su oficio sino en el aspecto personal, teniendo un promedio de salidas de ambulancia de entre 400 y 450 mensuales”.
Por otro lado, el proyecto indica que hay chóferes que prestan servicios especiales en parajes alejados de los centros urbanos provinciales como el puesto sanitario del Lago Escondido, el cual “en la actualidad está siendo cubierto por un solo chófer que no tiene jornada mínima de descanso durante su estadía en el lugar durante plazos de quince días”.
Los trabajadores compararon su pedido con la creación, en su momento, del escalafón profesional universitario al que se lo consideró un colectivo de trabajadores con capacitación en educación superior que demandaba reconocimiento desde la perspectiva de derechos, facultades, atribuciones, tareas y configuración remunerativa. No obstante, destacan que “nuestro agrupamiento no demanda en esta instancia la regulación de remuneración diversa a la actual lo que no originaría la reestructuración presupuestaria, sino en principio el reconocimiento de su actividad y la independencia con otros chóferes de la administración pública que, pese a la consideración de la labor que realizan, no tienen las notas distintivas que nos nuclean”.
El proyecto reza, además, que en otras provincias, como Santa Fe, Río Negro y Neuquén presentaron proyectos similares para obtener este nuevo agrupamiento y que en la última los legisladores sustentaron su proyecto diciendo: “es una realidad que todos los chóferes y especialmente de ambulancias, deban poseer licencia para conducir del tipo profesional y una capacitación acorde a las tareas sanitarias asociadas indefectiblemente a la función que desempeñan por las especiales características y riesgos naturales que acarrea el trato de pacientes, transporte de medicamentos, muestras patológicas, equipamientos que exigen capacitación constante con el objetivo de poder efectuar sus tareas con la mayor efectividad posible, pues muchas veces dependen de la capacidad y pericia de los chóferes de ambulancias la vida e integridad del paciente, enfermero y el médico”.
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