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Combatió en Malvinas: Emblema de la lucha por la soberanía: El aviso Alférez Sobral, a un paso de ir a desguace

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La embarcación, que pronto se convertiría en chatarra, perdió a su comandante y siete tripulantes en la guerra. No encuentran inversores para convertirla en museo.

El Aviso ARA Alférez Sobral, un buque de la Armada que tuvo participación en la Guerra de Malvinas y ofrendó en combate la vida de su comandante, el capitán de corbeta Sergio Raúl Gómez Roca, y de siete de sus tripulantes, corre riesgos de ser pasado a desguace y convertirse en chatarra.

Es una de las 11 embarcaciones de la Armada que ya están fuera de servicio y sin dotación asignada, el paso previo para ser ofrecidos en subasta y proceder a su enajenación. Pese al interés mostrado por asociaciones civiles y autoridades provinciales para recibir el histórico buque como donación, con el proyecto de exhibirlo en algún museo, ninguno de esos pedidos llegó acompañado del compromiso efectivo para hacerse cargo de la puesta a punto del barco y su acarreo, por lo que la Armada ya comenzó los movimientos preliminares de la subasta y el desguace. En el caso del Aviso Alférez Sobral, que se encuentra amarrado en la Base Naval Mar del Plata, el costo del traslado rondaría los 300.000 dólares.

Las otras embarcaciones de la Armada que se encaminan al desguace son el Aviso ARA Oficial Castillo, el transporte ARA Cabo de Hornos y los remolcadores Chulupi, Mocovi, Calchaquí, Chiquillan y Ona, entre otras unidades ya desactivadas y fuera de servicio.

“Mantener las unidades a flote implica un riesgo y un costo para la Armada. Se prioriza el mantenimiento de los buques que están operativos”, evaluó una fuente naval, al recordar el desafortunado caso del destructor ARA Santísima Trinidad que, en enero de 2013 (ya desactivado), comenzó a hundirse en la propia Base Naval de Puerto Belgrano.

Funcionarios de los gobiernos provinciales de Santa Fe, Entre Ríos, Chubut y Santa Cruz transmitieron en los últimos años su interés en recibir la donación del Aviso ARA Alférez Sobral, además de otras entidades civiles. En 2022, la Armada fijó un plazo hasta diciembre de ese año para que se ratifique el interés, con el compromiso de asumir los costos de traslado, pero ninguno acercó una propuesta firme.

Interés renovado

En los últimos días, el Centro de Veteranos de Guerra de Malvinas de Vicente López y la Asociación Fundadores y Pioneros de Vicente López, que reúne a los descendientes de los primeros vecinos del partido, renovaron su interés en una carta enviada al nuevo jefe de la Armada, contraalmirante Carlos María Allievi. La intención es recibir la embarcación y donarla a la Municipalidad de Vicente López, con el propósito de que sea exhibida en el Puerto de Olivos. El barco tiene 43,6 metros de eslora, un calado (profundidad) de cuatro metros y una capacidad para 49 tripulantes.

“Nos parece de alto interés cultural e histórico poder ser depositarios de la nave. En el partido de Vicente López viven más de 190 excombatientes de la Guerra de Malvinas y el Puerto de Olivos reúne las condiciones de infraestructura para recibirlo, siendo el único puerto de aguas abiertas al norte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, argumentaron ambas asociaciones civiles, que habían iniciado la gestión antes de las últimas elecciones y ante las autoridades navales anteriores

“Nadie ratificó la decisión de recibir el Aviso Sobral, con el compromiso de asumir los costos del traslado”, explicaron a LA NACION voceros navales, al confirmar que la intención de la Armada es desprenderse de las embarcaciones que ya se encuentran fuera de servicio.

En el caso del ARA Aviso Sobral, agregaron que “el buque es una cáscara de nuez”, dado que varias de sus partes ya fueron donadas, como el Puente de Navegación que fue averiado por los misiles británicos, que se exhibe en el Museo Naval de la Nación, emplazado en Tigre. Tampoco quedan ya en el barco el cañón, la campana y el mobiliario.

“El puente original destruido por el misil fue reemplazado por otro y así pudo seguir navegando en los años posteriores a la guerra. Lo que falta se puede ir recomponiendo con el tiempo”, apuntaron a LA NACION fuentes vinculadas con las asociaciones civiles interesadas en conservar la embarcación.

El Aviso ARA Alférez Sobral actuó en la Guerra de Malvinas y está ahora fuera de servicio, en la Base Naval Mar del Plata.

La caída del ARA Alférez Sobral

La historia del Aviso ARA Alférez Sobral quedó profundamente ligada a la Guerra de Malvinas.

Construido en el astillero Levinsgtone Shipbuilding, de Orange, perteneció a la Armada de Estados Unidos y fue comprado por la Argentina en febrero de 1972. Estallada la Guerra de Malvinas, fue destacado en Río Gallegos y, tras el derribo de un avión Camberra de la Fuerza Aérea, a 100 millas náuticas (185 km) al norte del Estrecho de San Carlos, el AVISO ARA Alférez Sobral fue asignado a la búsqueda y rescate de los dos tripulantes de la aeronave.

Un helicóptero británico sobrevoló el Sobral y abrió fuego, con dos misiles que impactaron en la lancha del buque e hirieron a varios tripulantes. El capitán Gómez Roca ordenó desalojar los sectores más expuestos y él mismo permaneció en el puente de comando, con la tripulación indispensable.

Un nuevo ataque con otro misil, a la 1.20 del 3 de mayo, impactó de lleno en el puente de comando, que quedó destruido, junto con el cuarto de radio. Además del capitán Gómez Roca, murieron el guardiamarina Claudio Olivieri, el cabo principal Mario Alancay, los cabos segundos Daniel Tonina, Sergio Medina y Ernesto del Monte, el conscripto Roberto D’Errico y el marinero Héctor Dufrechou.

El Aviso ARA Castillo fue incorporado a la Armada en 1994 y recibió ese nombre en homenaje al suboficial primero Julio Saturnino Castillo, que combatió en Malvinas y murió el 13 de junio de 1982, un día antes de la rendición argentina.

El buque fue declarado en desuso mediante el decreto 762, del año 2020. Esta decisión comprendía también al transporte ARA Cabo de Hornos y a los otros remolcadores, naves que se encontraban ya radiadas (fuera de servicio) desde 2018.

(Fuente: Mariano De Vedia/La Nación)