Tres internos alojados en la alcaidía de Ushuaia estafaron a un comisario mayor de la policía de Tierra del Fuego retirado y radicado en Corrientes. No se descarta que haya otros damnificados.
(Informe Especial).
Otro hecho delictivo volvió a tener como escenario las dependencias del Servicio Penitenciario provincial.
Diario Prensa Libre pudo acceder a los pormenores de una nueva estafa que tuvo como damnificado a un comisario mayor retirado, actualmente radicado en la provincia de Corrientes. La difusión de lo acontecido debe servir de alerta a la comunidad, para tomar real dimensión del poder de persuasión y el convincente relato que los timadores ejercen sobre sus víctimas, a las que perjudican – en este y otros casos – operando desde la cárcel y valiéndose de aparatos celulares de libre uso.
Los hechos
El comisario mayor Ramón Isidro Barrios formó parte del grupo de oficiales de la Policía de Tierra del Fuego que debió resignarse a pasar a retiro cuando al asumir la actual gestión gubernamental designó al frente de la institución al comisario mayor Jacinto Rolón. Ello lo llevó a alejarse de la provincia y a radicarse en Corrientes, desde donde publicó un aviso clasificado en las redes sociales para intentar vender su casa de Río Grande, en la suma de 5 millones de pesos.
Al poco tiempo recibió el llamado de un hombre que se manifestó muy interesado en adquirir el inmueble, con quien acordó el pago de una seña de 150 mil pesos. En un todo de acuerdo ambas partes, en lo que parecía ser una operación inmobiliaria normal, Barrios le proporcionó a su interlocutor el CBU (Clave Bancaria Uniforme) y la denominación del banco, para que éste pudiera transferirle el monto establecido para reservar la propiedad. Ambos se despidieron amablemente y cortaron la comunicación. 5 minutos después los embaucadores comenzarían a ejecutar la parte más audaz del plan.
“Necesito que se acerque a un cajero…”
“Mire, recién le transferí a su cuenta 150 mil pesos pero por ser un monto elevado el banco no me permite concretar la operación directamente así que lo va a llamar un agente del Banco Tierra del Fuego para darle las instrucciones de cómo proceder, porque la operación está en proceso…”, le habría dicho el falso comprador a Barrios en un nuevo contacto telefónico. Efectivamente un rato más tarde el policía volvió a recibir una llamada, desde otro número de línea, de una persona que se presentó como empleado del banco. “Mire señor Barrios, acá hay una persona que está queriendo transferirle la suma de 150 mil pesos y como el trámite está en pleno proceso usted va a tener que ir ahora a un cajero automático, pero tiene que hacerlo cuanto antes. Nosotros le vamos a dar instrucciones sobre cómo proceder para destrabar la transferencia y que usted pueda ver en su cuenta impactada la operación”, le manifestó – palabras más, palabras menos – una voz masculina. Una vez en el cajero, el oficial volvió a recibir una llamada del sujeto que se hacía pasar por empleado bancario quien le dio una serie de instrucciones confusas que culminaban una y otra vez en un supuesto resultado fallido. Entonces el malviviente jugó su carta más arriesgada: sin que le temblara la voz le pidió a su víctima que le suministrara el usuario y la contraseña de su cuenta de homebanking “para que intente yo desde el banco hacerlo de manera remota”. Con la valiosa información, el sujeto cortó abruptamente la comunicación. Momentos más tarde los cacos gestionaron un crédito instantáneo destinado a empleados públicos, por alrededor 150 mil pesos, suma que rápidamente transfirieron a dos cuentas bancarias de Ushuaia y a una tercera, de Río Grande.
La investigación
Ni bien se percató de que había sido estafado, Ramón Barrios se acercó a las dependencias policiales correntinas y luego se comunicó con la Jefatura de Policía de Tierra del Fuego. Sin pérdida de tiempo se inició una investigación que fue confiada al avezado grupo de la División Delitos Complejos, cuyos integrantes tomaron inmediato contacto con autoridades y personal técnico del Banco Tierra del Fuego para anoticiarlos de lo sucedido.
Efectivos vestidos como civiles se apostaron en la sucursal del BTF y lograron interceptar a la madre de uno de los presos involucrados, identificada como Marcela Beatríz Lebón, de 50 años de edad, en momentos en que intentaba extraer 140 mil pesos. También fue detenida la persona que la acompañaba, José Abelardo Legue Legue, de 65 años.
El completo esclarecimiento del ilícito se produjo al realizarse allanamientos en la Alcaidía de Ushuaia, en la parte alta del edificio que ocupa la Jefatura de Policía, en Deloqui y Lasserre, en donde se secuestraron teléfonos celulares que estaban en poder de los internos Cristian Fuentes, otro de apellido Varela y Nicolás Aguilar, siendo éste último trasladado a la Penitenciaría Nro 1 de Río Grande.
Se encuentra al frente del caso el titular del Juzgado de Instrucción Nro 1 del Distrito Judicial Sur, el juez Ignacio De Gamas Soler, quien además de la detención de los dos civiles dispuso el allanamiento de los calabozos de la Alcaidía, de dos domicilios particulares en la capital fueguina y de una vivienda en Río Grande.
Más damnificados
En la investigación en curso todo hace presumir que el oficial de la Policía fueguina no es el único damnificado por el accionar de los reclusos, uno de los cuales está purgando una condena por robo a mano armada. Esta presunción se desprende del análisis de los movimientos que registran las cuentas bancarias de los sujetos involucrados, en donde se aprecian ingresos que podrían ser fruto de otras estafas telefónicas bajo la misma modalidad delictiva.
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