El insólito hecho ocurrió en las inmediaciones de la esquina de Juncal y Talcahuano, en la zona norte de la Ciudad.
En medio del aislamiento y de los mayores niveles de casos de COVID-19 que se registran desde que llegó la enfermedad, en pleno barrio de Recoleta hubo una «fiesta callejera» en la que se reunieron vecinos para bailar.
La música provenía desde uno de los balcones que da a la calle. Además, se instalaron luces de colores que caían sobre los transeúntes y los autos estacionados.
El responsable del extraño espectáculo fue el DJ «Pato» Zambrano quien ya protagonizó otros hechos llamativos durante la cuarentena. Cada fin de semana, Zambrano abría las puertas de su departamento y reproducía música por el barrio.