El poderoso alegato feminista ante el Congreso de Estados Unidos
Alexandria Ocasio-Cortez: «Mis padres no me educaron para aceptar los insultos de un hombre»
La congresista norteamericana Alexandria Ocasio-Cortez ha dado este martes un tremendo y poderoso discurso feminista ante el Congreso de su país. Lo hizo en respuesta de los insultos y agresiones verbales del congresista republicano por Florida Ted Yoho en las escaleras del Capitolio tras un duro debate sobre el incremento de la pobreza y el crimen en el estado de Nueva York. Según el testimonio de Ocasio, Yoho la apuntó con el dedo a la cara y la llamó «desagradable», «loca» y «fuera de sí», diciéndole que era «peligrosa». Momentos después y tras caminar unos pasos, el congresista se volvió para decirle en frente de otros colegas y periodistas: «Eres una maldita puta».
En su discurso, que dura unos diez minutos, Ocasio hace un alegato contra la cultura de la violencia contra las mujeres, la impunidad y las estructuras de poder que la mantiene, y pone el énfasis en que los insultos proferidos por el congresista, no sólo van dirigidos a ella, sino a todas las congresistas y a todas las mujeres. «Todas hemos tenido que lidiar con esto, de alguna forma, de alguna manera y en algún punto en nuestras vidas», explicó. Añadió que el comentario «no ha sido especialmente doloroso ni dañino para mí porque he tenido trabajos de clase obrera: he trabajado en restaurante, viajado en el metro, y caminado por las calles de nueva York, y este lenguaje no es nuevo para mí. Me he encontrado hombres que usaban este mismo lenguaje que Yoho cuando me acosaron en restaurantes». «Esto no es nuevo, y este es el problema», afirmó. Porque no se trata de un incidente, añade la congresista, sino que es cultural. «Tiene que ver con la cultura de la impunidad, de la aceptación de la violencia y del discurso violento contra las mujeres dentro de una gran estructura de poder que la apoya».
Ocasio explica que tras el incidente había decidido no responder. «Iba a pasar de ello y olvidarme», pero que decidió hacerlo sólo cuando Yoho el pasado lunes se atrevió a justificar su comportamiento con lo que Cortés denomina «excusas» y usando el hecho de tener mujer y dos hijas como «escudo». «Eso no lo puedo dejar pasar. No puedo permitir que mis sobrinas, que las niñas pequeñas que visito, no puedo dejar que las víctimas de abusos verbales u otros peores puedan ver esas excusas y considerar este Congreso como legítimo», explicó.
«No voy a estar toda la noche esperando una disculpa de un hombre que no tiene remordimientos por usar ese lenguaje abusivo contra las mujeres. Lo que me parece inaceptable es usar a las mujeres, nuestras esposas e hijas como escudo y excusa para justificar en comportamiento deplorable».
«Tengo dos años menos que la hija menor del señor Yoho», dijo en tono sereno y duro la congresista de origen portorriqueño, «Yo soy la hija de alguien también. Mi padre, por suerte, no vive para ver como el señor Yoho ha tratado a su hija. Mi madre ha tenido que ver por televisión la falta de respeto de Yoho hacia mí en esta cámara, por televisión», relata la congresista notablemente emocionada.
«Yo estoy aquí porque tengo que demostrarle a mis padres que soy su hija y que no me educaron para aceptar los insultos de un hombre», concluyó Ocasio.