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Imágenes sensibles: el mar se vuelve rojo por una cacería indiscriminada de ballenas

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Una cuestionada tradición anual de los pobladores de la Isla Faroe, en Dinamarca: la caza de ballenas, donde se sacrifican cientos de ejemplares.

Imágenes sensibles: el mar se vuelve rojo por una cacería indiscriminada de ballenas

A pesar del repudio de las organizaciones protectoras de animales, algunas comunidades aún mantienen tradiciones crueles y despiadadas, como la caza de ballenas de las Islas Feroe, en Dinamarca. Una actividad regulada por las autoridades locales, que produce la muerte de alrededor de 800 animales por año.

Los animales son arrastrados por una flotilla de pequeñas embarcaciones hacia la orilla, donde los aldeanos (grandes y chicos) los matan con lanzas y cuchillos. El mar se torna rojo de la enorme cantidad de sangre que pierden las ballenas.

Un espectáculo repugnante, que el grupo de campaña Sea Shepherd quiso compartir para demostrar la brutalidad de este “deporte”. La ONG emitió un comunicado donde explica: “252 ballenas piloto de aletas largas y 35 delfines del lado blanco del Atlántico fueron asesinados en Hvalba anoche después de que se descubriera la enorme manada frente a Sandvik”.

Todos los años para esta época, se realiza este sangriento ritual. Este año fue autorizado, pero con la recomendación de evitar las aglomeraciones por el contagio de coronavirus.

“Esta es la primera caza organizada de grindadrap de 2020 con la carne de la caza distribuida primero a los aproximadamente 70 participantes de la caza desde los barcos y los que matan en la playa, y luego el resto a las aldeas en Suðuroy con todos los destinatarios y luego libres para vender sus parte de la carne si así lo desean “, dicen los activistas de la Sea Shepherd Conservation Society.

La preocupación no es solamente por la conservaciòn y respeto de la vida animal, sino por el ejemplo que reciben los niños de esta sociedad. “La familia de ballenas se tumbaba en los muelles y se podían ver las imágenes demasiado familiares e inquietantes de niños saltando y jugando con los muertos”, explicaron.

En el muelle, turistas y curiosos se acercaron a observar esta despiadad costumbre. “Los niños jugaban con aletas, pateando y golpeando los cuerpos, caminando sobre ellos y se los veía preocupados corriendo por el muelle llevando los cuchillos tradicionales que se usan como parte del grindadrap”, relatan horrorizados los voluntarios de la ONG.

Fuente La 100.