En las últimas horas salió a la luz el secreto a voces que circulaba por los pasillos de los tribunales ubicados en el ex campamento YPF. Desde hace tiempo existe una guerra intestinal entre la Fiscal Laura Urquiza y el Dr. Eduardo Tepedino, secretario del Juzgado del Juez, Raúl Sahade.
Las situaciones no digeridas por el Dr. Eduardo Tepedino, es decir sigue resentido por no haber sido confirmado en el cargo de Fiscal (en su lugar fue designada Laura Urquiza), hicieron que la convivencia laboral entre ambos fuera tensa e intolerante.
¿No será una cuestión de género?
Días atrás, el Juez Raúl Sahade, presentó una denuncia contra la Fiscal Laura Urquiza por el bochornoso hecho que ambos protagonizaron, pero sólo presentó la denuncia contra la Fiscal y no por el accionar de su colaborador inmediato, de allí se empieza a notar que la vara de la justicia para algunos esta desviada por las tripas y no por la mente.
La cosa dejó de ser un intercambio de palabras a puertas cerradas y pasó a discutirse en los pasillos de tribunales, donde se increparon mutuamente tanto la Fiscal Laura Urquiza y el Dr. Tepedino.
La GUERRA DE LOS EGOS, hace tiempo que fue declarada y se han utilizado distintas herramientas de confrontación, por ejemplo, bajar expedientes a cinco minutos del cierre de mesa de entrada, fuertes reprimendas de ambos con mensajes irónicos en los escritos en las causas, fueron socavando la convivencia laboral y personal entre los dos. Y como si fuera poco algunos utilizaron la prensa para denostar al otro.
Ahora bien, si era un secreto a voces ¿por qué Ninguno de los superiores de ambos no hicieron nada para ir apaciguando la situación? o ¿Por qué dejaron que la cosa pasara a mayores?, claro son las respuestas que deberían ciertas autoridades judiciales, pero hasta ahora han hecho un silencio sepulcral en una situación que debería al menos avergonzarlos.
La sociedad observa expectante ante éste tipo de circunstancias que no le hacen bien a nadie, a algunos integrantes de la justicia por no predicar con el ejemplo, al poder judicial en su conjunto por no mantener el orden en su propio seno y dejar que los egos y las guerras intestinales terminen en escándalo y bochorno.
Del ridículo no se vuelve
Los protagonistas del bochornoso e inexplicable hecho (Urquiza y Tepedino), no se han imaginado aún el ridículo que hicieron en los pasillos de tribunales donde pasaron de respetables funcionarios a simples contrincantes de una vecindad.
Algunos integrantes de la justicia se creen seres supremos, pero en realidad son simples mortales con egoísmos, apetencias, ególatras, que surgen ante realidades propias de los mortales como lo son la envidia y la cuestión de género.
Aún no se sabe que camino tomaran las causas en trámite y que surgieran del bochornoso hecho, pero lo que sí se sabe y que se aplica en estos hechos es la frase de Domingo Faustino Sarmiento y es que “Del ridículo no se vuelve”.
Fuente: ActualidadTdf