Con los imputados provistos de chalecos antibalas, 50 uniformados asignados a la custodia y un arco para detectar armas comenzó el martes 26 de septiembre el juicio por el asesinato de Victor Perpetto y Nahuel Roth.
El Tribunal de Juicio intentará dilucidar el doble crimen en una causa que tiene como imputados a Alejandro Badilla, su hijo Gastón Badilla, Fernando Guerrero y Diego Moral. El hecho le cortó la respiración a los vecinos de Río Grande el 8 de octubre de 2022, al aparecer en un basural los cuerpos de las víctimas, en un claro mensaje mafioso entre bandas locales vinculadas al narcotráfico.
En medio de un operativo de seguridad nunca antes visto, comenzó en Río Grande el juicio oral con acceso restringido que tiene como imputados por el delito de homicidio agravado a Gastón Alejandro Badilla, de 33 años; a su padre, Alejandro Héctor Badilla, de 65 años; Diego Leonardo Moral, de 33 años y Fernando Manuel Guerrero, de 26 años. Todos están acusados de haber ultimado a Víctor Ezequiel “Willy” Perpetto, de 40 años de edad y de Nahuel Luciano Oscar Roth, de 28 años.
Como se recordará, Perpetto y Roth ingresaron el 8 de octubre de 2022 a una casilla sita en la calle 20 de Junio 736, en Río Grande, en donde habrían sido asesinados a balazos por los Badilla, Moral y Guerrero, luego cargados en un vehículo y arrojados en un basural, en los fondos del supermercado mayorista Diarco, en donde fueron encontrados por un vecino que ocasionalmente pasaba por el lugar.
Cabe destacarse que la etapa de instrucción fue responsabilidad del juez Daniel Césari Hernández, quien en un trabajo impecable logró reconstruir lo que a todas luces parece haber sido un enfrentamiento entre bandas narco riograndenses y plasmarlo en una causa que reúne 11 cuerpos.
Ante el evidente temor de que integrantes precisamente de esas bandas pudieran intentar influir en algún modo en la realización del juicio, traten de acallar a los imputados o atentar contra los jueces, se organizó un mega operativo de seguridad que incluye a más de 50 uniformados – entre policías y agentes del Servicio Penitenciario – , la provisión de chalecos antibalas a los principales actores, la restricción de público en la sala de debate y la colocación de un arco detector de metales para evitar el ingreso de armas blancas o de fuego.
En la primera jornada el abogado querellante, Francisco Ibarra y el fiscal Ariel Pinno coincidieron en acusar a los cuatro sujetos de la comisión del delito de “homicidio agravado por alevosía y uso de arma de fuego” – figura que implica una expectativa de pena a prisión perpetua.
A los acusados se les enrostró haber efectuado 5 disparos a Nahuel Roth, 3 de ellos con un arma 9 milímetros y 2 impactos más con otra calibre 22. En la autopsia las perforaciones fueron encontradas en la zona pulmonar y una particularmente que indica una ejecución directa, ya que el proyectil ingresó por el cráneo y describió una trayectoria de arriba hacia abajo, como si se hubiera obligado a la víctima a arrodillarse de espaldas a su verdugo.
La acusación sostiene que Gastón Badilla y Diego Moral luego habrían cargado los cuerpos en un vehículo Volkswagen Gol, momento en que se percataron de que estaban siendo perseguidos por un rodado Chevrolet Cobalt, a bordo del que se encontraban allegados a los asesinados. En una cinematográfica persecusión por la ciudad que puso en riesgo a los vecinos, el Chevrolet impactó en su parte trasera al Volkswagen, disparandoles sus ocupantes – cuya identidad hasta este momento se ignora – terminando Badilla herido en una pierna. Al detenerse por un desperfecto técnico el segundo automotor, el primero emprendió la huída y se dirigió al basural, en donde Badilla y Moral arrojaron los cadáveres que luego serían descubiertos por un peatón.
A Badilla padre, en tanto, se le atribuyó la acción de golpear a Roth hasta causarle hundimiento de cráneo y a Manuel Guerrero, de ser copartícipe por haber sido sometido a la prueba de la parafina y arrojar ésta resultado positivo.
Para Césari Hernández los dichos de Alejandro Badilla, de 65 años, en el sentido de que las víctimas fueron asesinadas de manera accidental y en medio de una pelea seguida de forcejeo, por cuestiones de drogas, son relativos: “La autopsia y la pericia balística indicaron que Perpetto y Roth fueron prácticamente ejecutados, dado que el primero exhibe un disparo preciso y de consecuencias fatales en el cráneo mientras que el segundo tiene cuatro perforaciones de bala, dos de las cuales fueron realizadas prácticamente a quemarropa y en el corazón” – señaló el magistrado durante la etapa de instrucción, descartando que los fallecidos hayan tenido la mínima posibilidad de defenderse.
Un dato que al parecer los asesinos ignoraban, fue aportado por el fiscal Pinno, quien sostuvo que una de las víctimas, Victor Perpetto, llevaba colocada un dispositivo en el tobillo dado que él, como Roth, tenían un frondoso prontuario policial.
“Un informe de la División Delitos Complejos da cuenta que el cuerpo de Perpetto llevaba una tobillera electrónica porque estaba con libertad asistida, la que nos posibilitó contar con la ubicación de Perpetto todo el tiempo: salió a las 9:29 de su domicilio en la calle Pioneros Fueguinos, luego se posicionó en la calle 20 de Junio, antes de calle Perú, en donde Gastón Badilla lo recibió. Luego se registra su salida del lugar a las 11.27, describe un recorrido por distintas calles y cesa la actividad en el dispositivo en el campo ubicado detrás de Diarco”.
En los miles de fojas que conforman la causa se describe con lujo de detalles cómo Perpetto y Roth se habrían presentado en el domicilio de Alejandro Badilla para realizar una operación referida a la comercialización de drogas, produciéndose una pelea feroz que terminó de manera fatal.
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