Aunque son 191 los años transcurridos desde que los ingleses echaron de las Islas Malvinas al gobernador designado por la nación argentina, Luis Vernet, de manera violenta e ilegítima, no nos damos por vencidos en los reclamos de restitución, aun con una guerra perdida en 1982. Esto es así porque el 3 de enero de 1833, las Islas Malvinas fueron ilegalmente ocupadas por fuerzas británicas que desalojaron por la fuerza a las autoridades argentinas allí establecidas constitucionalmente. Hay que recordar que las Islas Malvinas formaron parte del área bajo jurisdicción de España desde la entrada en vigor de los primeros instrumentos internacionales que delimitaron el «Nuevo Mundo», poco después del descubrimiento de América en 1492. Desde principios del siglo XVI y durante la mayor parte del mismo, navegantes al servicio de España transitaron las rutas marítimas a lo largo de la costa sudamericana, avanzando hacia el sur en busca del paso interoceánico. En este avance se produjo el descubrimiento de las Islas Malvinas por integrantes de la expedición de Magallanes en el año 1520. En 1820 el coronel de la Marina argentina David Jewett llevó a cabo el primer izamiento de nuestra bandera en las Islas Malvinas y concretó la toma solemne de ellas, en nombre de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
El gobierno argentino procedió también al dictado de normas y al establecimiento de las estructuras jurídicas y administrativas que consolidaron el ejercicio pleno de su soberanía. Sin embargo, el 3 de enero de 1833 dicho ejercicio efectivo de soberanía fue interrumpido mediante una acción violenta por parte del Reino Unido, que ocupó ilegalmente las islas, expulsando a las legítimas autoridades argentinas allí asentadas, llevando súbditos británicos para poblarlas e instaurando desde entonces medidas restrictivas para reducir y evitar el asentamiento del pueblo argentino en las Malvinas. Ese despojo, llevado a cabo en tiempo de paz fue inmediatamente rechazado y protestado y desde entonces todos los gobiernos argentinos han reafirmado ininterrumpidamente sus legítimos e imprescriptibles derechos de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos correspondientes.
En cumplimiento de la mencionada Resolución, Argentina continuó intentando negociar con el Reino Unido la restitución de un archipiélago que está a apenas algunos cientos de kilómetros de la costa patagónica, sin lograrlo.
Pese a las innumerables invitaciones de la Argentina y a la exhortación de las Naciones Unidas, el Reino Unido sigue negándose de manera sistemática hasta la fecha, a retomar las negociaciones de soberanía. En contraposición, lejos de sentarse en una mesa de diálogo, los ingleses crearon un fuerte militar, multiplicaron los pertrechos bélicos e incrementaron la explotación de todos los recursos naturales existentes en el mar circundante.