A comienzos de año, varios grupos acamparon frente al Senado de México para exigir que se aprobara una ley regulatoria del consumo de cannabis. La iniciativa aun no prosperó pero, antes de irse, los impulsores del proyecto dejaron un sembradío de semillas de marihuana. Con las lluvias y el calor del verano en el hemisferio norte, comenzaron a brotar 420 plantas en el Parque Luis Pasteur, a metros de la Cámara Alta.
«Se trata de primera siembra no clandestina marihuana», habían advertido los manifestantes sobre las semillas sembradas a plena luz del día.
El senador Julio Menchaca Salazar, presidente de la Comisión de Justicia de Senado, y miembro de MORENA, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, estimó que la legalización del consumo de cannabis ayudaría a bajar los índices de violencia en el país. «Dejaría de criminalizar a los campesinos, ya que a menudo se ven obligados a plantar marihuana ilegalmente. El Estado regularía las cadenas de producción y garantizaría la calidad», argumentó.
El Congreso, mientras tanto, debate el proyecto de ley de cultivo con fines terapéuticos, científicos y recreativos, y que además contempla investigaciones en torno al cannabis.