La propuesta apunta a «cambiar la cultura de la incidencia por la de eficacia» dice una de sus propulsoras
El economista John Maynard Keynes predijo que para 2030 solo trabajaríamos 15 horas semanales, tres diarias, gracias al progreso tecnológico. Y si bien para muchos es aún una utopía, una plataforma española está trabajando en la implementación de una semana laboral de cuatro días.
Según publica el sitio web Sputnik, la plataforma 4Suma!.es promueve la instauración de ese esquema laboral en todos los países del mundo. Las empresas de sus impulsoras ya aplican este modelo laboral, sin reducción de salario, ni aumento de horas diarias.
La iniciativa surgió de la empresaria María Álvarez, a quien las medidas de confinamiento por la pandemia le dificultaron atender las necesidades de las empresas que dirige.
Tras la reapertura, Álvarez tenía claro que tras la cuarentena nada volvería a ser igual. Ni en la vida, ni en el ámbito laboral. «Al volver a abrir las empresas, mi socia y yo nos dimos cuenta que no tenía sentido volver a la lógica prepandemia. Había nuevas necesidades, todo había cambiado. Teníamos que tomar decisiones drásticas, generar una pequeña revolución en nuestras empresas para optimizarlas», aseguró.
De esta forma pensaron en la jornada laboral de cuatro días, y crearon la plataforma 4Suma!.es una agrupación de empresas y empleados que propone trabajar un día menos, sin reducción de salarios o aumento de las horas de trabajo diarias.
Aunque suene utópico, según la empresaria este modelo es beneficioso en muchos sentidos. Primero, porque alivia servicios públicos como el transporte, lo que ayuda a reducir el riesgo de transmisión del coronavirus y tiene un efecto positivo en el medio ambiente. Segundo, porque permite al trabajador tener más tiempo libre para invertir en su formación, quehaceres o vida familiar. Y tercero, porque no provoca caídas en los índices de productividad. Es más, la incrementa, en lo que Álvarez denomina el paso de la cultura de la incidencia a la de la eficacia.
La empresaria afirma que hace años, cuando el hombre sustituía a la máquina en una fábrica, tener una jornada de horas cerrada era comprensible. «Cuantas más horas estuviese una persona atornillando, mejor para la compañía. Pero, esta es una manera muy simplista de mirar al trabajo en pleno siglo XXI», dice Álvarez. En la actualidad, el aporte del empleado no tiene que ver con el tiempo, sino con el valor. «No le ponemos más cariño a las cosas por estar 40 horas en la oficina, en vez de 30. En esas 30, podemos ser capaces de producir mucho mejor. A ese punto es adonde queremos llegar. Es lo que tenemos que visualizar los empresarios», indica.
La implementación de la jornada de cuatro días la apoyan los principales sindicatos de Alemania y Japón, el partido laborista británico, la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, y la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, entre otros.