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Ejecutaron a Lisa Montgomery, la primera mujer en recibir la pena de muerte en Estados Unidos en casi 70 años

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Le suministraron una inyección letal tras ser condenada en 2007 por estrangular y acuchillar a Bobbie Jo Stinnett, una joven embarazada de ocho meses. La mujer renunció a su derecho a pronunciar unas últimas palabras.

Su muerte, de la que fue testigo un grupo de periodistas desde una sala contigua, se certificó pasada la 1.30 de la madrugada, hora local, según algunos medios que recogen el relato del proceso. Montgomery renunció a su derecho a pronunciar unas últimas palabras. Se limitó a responder «no» cuando uno de sus verdugos le descubrió el rostro y le preguntó si quería decir algo.

«Nuestra Constitución prohíbe la ejecución de una persona que no pueda comprender racionalmente esa ejecución (…). La administración actual lo sabe. Y la mataron de todos modos», denunció su abogada Kelley Henry en una declaración difundida por la prensa. Todos los que participaron en este caso «deberían sentir vergüenza«, añadió.

El departamento de Justicia anunció en un comunicado que la condenada recibió una inyección letal “de acuerdo con la pena capital recomendada por unanimidad por un jurado federal e impuesta por la Corte del Distrito de Estados Unidos” de Missouri. 

Montgomery tenía 52 años y en 2007 la condenaron por matar en 2004 a Bobbie Jo Stinnett, una mujer de 23 años que estaba embarazada de ocho meses, para secuestrar a su beba. La niña fue recuperada sana y salva por las autoridades y devuelta a su familia biológica.

Un juez federal había ordenado el lunes suspender la ejecución a pedido de la defensa. Pero el ministerio de Justicia apeló esa decisión y un tribunal de apelación anuló el fallo. Mientras que la Corte Suprema de los Estados Unidos, ante la que se habían presentado dos recursos distintos, le dio razón en ambos casos a los abogados del gobierno de Donald Trump.

Sus abogados habían argumentado que padecía una enfermedad mental y sufrió graves abusos cuando era niña.

La abogada de Montgomery,  Kelley Henry, sostuvo que su defendida sufría trastornos mentales.

El crimen de Bobbie Jo Stinnett

El 16 de diciembre de 2004 condujo desde su casa en Kansas hasta la vivienda de Stinnett en Skidmore con la excusa de comprarle un cachorro. Cuando llegó al lugar agarró una cuerda y estranguló a la víctima, que estaba embarazada de ocho meses.

Montgomery le cortó la panza con un cuchillo y secuestró a la beba, a la que intentó hacerla pasar como si fuera su propia hija. Al día siguiente fue detenida y la hija de la víctima fue devuelta a su padre biológico, que había ido a trabajar cuando su esposa fue asesinada.

A fines de diciembre, los abogados de la mujer presentaron una petición al presidente que argumenta que después de una vida de abuso, de tortura, ella está demasiado enferma mentalmente como para ser ejecutada, que merece misericordia.

Sin embargo, en la pequeña ciudad de Skidmore, Missouri, donde se cometió el crimen, hay poca simpatía por ella. Muchos creen que los momentos finales de Bobbie Jo Stinnett fueron tan trágicos que la sentencia de muerte está justificada.

Bobbie Jo Stinnett y su bebé