El cineasta se sumergió 33 veces para ver de cerca el barco que inspiró su taquillera película.
El mundo se estremece con el caso del “Submarino del Titanic”, una cápsula, bautizada como “Titán”, que se sumergió en las profundidades del Atlántico con cinco tripulantes a bordo y nunca regresó.
Las comunicaciones con el sumergible se perdieron el domingo 18 de junio, dos horas después de emprender viaje hacia los restos del Titanic, a casi 4.000 metros de profundidad y a unos 600 km de la isla canadiense de Terranova, en el Atlántico Norte.
A bordo viajaban el millonario británico Hamish Harding, presidente de la compañía Action Aviation; el paquistaní Shahzada Dawood, vicepresidente de Engro, y su hijo Suleman; el experto buceador francés Paul-Henri Nargeolet; y Stockton Rush, director general de OceanGate Expeditions, la compañía que opera el sumergible, y que cobraba 250.000 dólares por turista.
JAMES CAMERON Y SU RELATO EN PRIMERA PERSONA
James Cameron, director de Titanic, se sumergió 33 veces para ver de cerca el barco que inspiró su taquillera e icónica película.
El cineasta es un apasionado del caso del transatlántico británico que se cobró la vida de entre 1491 y 1513, y, ahora, estremece al mundo con la desaparición del submarino de la compañía OceanGate Expeditions.
Su pasión por el Titanic es tal que, en una entrevista en el 2009 con la revista Playboy, Cameron aseguró: “Hice Titanic porque quería bucear entre los restos del naufragio, no porque quisiera hacer la película. Es el Everest de los naufragios”.
Posteriormente, en un documental de la National Geographic, Cameron relató su experiencia en el submarino del Titanic, en este caso, con su propia nave sumergible, el Deepsea Challenger: “Me lancé como un rayo, lo más rápido que jamás había visto. La superficie simplemente desapareció”. En una de las oportunidades, el director pasó tres horas en las profundidades, recolectando datos para su investigación.
“Se esfumó. Estaba mirando el indicador de profundidad y estaba a 300 metros en los primeros minutos. Luego 600, luego 900. El submarino volaba como un murciélago”, recordó el director que aún no brindó declaraciones sobre la tragedia del Titán.