Un «poco feliz» récord es el que se acaba de producir en la República Argentina, luego de que un conductor en rampante estado de ebriedad se estrellara con su automóvil contra una columna maciza, y el resultado del test de alcoholemia no solo diera positivo, sino que pulverizó todas las cifras registradas a nivel nacional e internacional.
Según informaron en medios nacionales, el suceso se produjo anoche en la localidad balnearia de Necochea, provincia de Buenos Aires, y el protagonista se trató del piloto de un Nissan Tiida cuatro puertas, el cual terminó su marcha contra un poste de alumbrado público.
Tras la alerta, personal policial y de Tránsito Municipal se hicieron presentes en el lugar (avenida 59 y calle 38), donde se encontró al conductor dentro del auto destrozado, sin acusar lesiones graves.
Se procedió a efectuarle a la postre el alcotest, y al soplar la pipeta el resultado que arrojó dejó al agente de tránsito poco menos que estupefacto: 5,5 gramos por litro en sangre marcó el dispositivo electrónico.
Esta marca prácticamente imposible de entender, representa poco menos que el doble del máximo reportado hasta la fecha a nivel país, algo que sucedió en la provincia de Santa Cruz: hace dos años, un automovilista ebrio registró 3,23 g/l.
Pero más preocupante aún, es que también superó a los registros mundiales plasmados en el libro Guiness de los Récord. Tal es así, que la mayor alcoholemia positiva registrada en el planeta correspondía a un español en 2016, quien dio la friolera de 4,75 gramos de alcohol en sangre.
Vale mencionar, que varios proyectos enviados al Congreso Nacional buscan lograr que se apruebe en toda la República la ley de «Alcohol Cero» al volante,norma que por ejemplo en la provincia de Tierra del Fuego ya rige hace varios años,tanto en Río Grande como en Ushuaia.
Según especialistas médicos, un organismo que supera los 3 gramos de alcohol por litro de sangre ingresa casi irremediablemente en un coma etílico, razón por la cual todavía no se logra comprender del todo cómo es que esta persona pudo siquiera conducir un vehículo, al casi duplicar esa cifra.