Icono del sitio INFOTDF

¡Mayday! ¡Catástrofe hospitalaria!

Comparte:
WhatsappInstagramFacebookTelegramRedditEmail

La famosa serie de National Geographic “Mayday: Catástrofes  Aéreas” nos muestra y explica con detalle, cómo los accidentes aéreos en un 99,99% de los casos son producto de fallas humanas.

Realizando un paralelismo con la serie americana  podríamos afirmar que lo que ocurrió con el incendio del Hospital Regional Ushuaia el pasado 7 de julio, fue una cadena de fallas humanas que concluyeron en el desgraciado suceso.

Es por ello que enumerar estos acontecimientos dará una muestra clara de por qué pasó lo que pasó, producto de una nauseabunda mezcla de soberbia, negligencia y desidia.

4)  El sistema de alarma contra incendio de las salas del nosocomio con bocinas sonoras, destinadas a ser percibidas por los agentes sanitarios , BRILLABA POR SU AUSENCIA.

5)  No había protocolo de evacuación del personal, ni se realizaban simulacros periódicos de incendios o por posibles movimientos sísmicos.

6)  El sistema de hidrantes, que en algunos casos debería ser automático, no funcionaba . Y quedó demostrado por las filmaciones que circularon en las redes que en el  momento en que ardía parte del edificio los que operaban las mangueras de los hidrantes NO tenían experiencia y predominaba el voluntarismo.

7)  No existía un plan de contingencia ni  de evacuación previsto para determinar cómo y a dónde evacuar a los pacientes en caso de emergencia. Esto quedó demostrado en varios  videos donde se pudo ver y escuchar a los agentes sanitarios preguntándose entre sí a dónde trasladar  a los enfermos con sus camillas, en la helada intemperie.

8)  Las ambulancias que debían  transportar a los pacientes  no podían arrancar y tuvieron que ser empujadas por los policías o personal sanitario que se encontraba en el exterior del edificio siniestrado.

No es difícil entonces ante todo lo dicho, que expone apenas una parte de la desastrosa situación, darse cuenta que el resultado no iba a ser otro que una catástrofe. Y si a estos acontecimientos les sumamos la desidia por parte de las autoridades gubernamentales que fijan sus prioridades en obras que no tienen sentido,  como gastar 600 millones de pesos en pavimentar el camino de la bajada al Lago Fagnano y no concluir la ampliación del hospital, no se puede  esperar que las cosas cambien.

Con semejante criterio de quienes gobiernan los destinos de la provincia, solo queda encomendarse a Dios y cruzar los dedos para que hechos desgraciados como estos no  vuelvan a ocurrir.


Diario Prensa

Salir de la versión móvil