La presentadora sigue al aire a pesar de las multas y denuncias que tiene en su contra por desinformar y discriminar. ¿Y el canal?
Por Mariana Iglesias, editora de Género de Clarín.
«Ni de un lado, ni del otro», dice el slogan de A24. El canal tiene en su primetime a Viviana Canosa, una conductora que desinforma, discrimina, insulta, prejuzga, insta al odio.
El Día de la Mujer del año pasado ya había criticado a las mujeres en general y a las feministas en particular. Este año directamente las agredió: “Les diría que empiecen por darse un baño, depilarse e ir a laburar». Así se refirió a las miles de mujeres que se movilizaron al Congreso para pedir el fin de la violencia machista y la igualdad de género.
Allí estaban los familiares de mujeres asesinadas, llorando, rogando Justicia. Con qué tupé Canosa les falta el respeto. Y a los familiares de las desaparecidas, las que nadie busca, las que están siendo explotadas ahora mismo. Y a las pibas violadas, las abusadas, las que tienen miedo. Y a las trabajadoras precarizadas. Y a las que no consiguen trabajo. «Militontas», las llamó.
En la movilización había nenas, adolescentes, viejas, laburantes, estudiantes, pobres, no pobres, políticas de todos los partidos. Miles de mujeres reclamando derechos para todas. Esta conductora no solo carece de conciencia social y empatía, es anti derechos y, además, se armó un personaje porque le rinde: una suerte de Cruella funcional al patriarcado.
A pesar de las críticas que recibió por las barbaridades que dijo del Día de la Mujer, en su programa siguiente redobló: “¡Miren cómo dejaron la plaza, un asco! Saben qué pasa chiques, ustedes no son capaces de agarrar una escoba. Roñosas, cochinas, asquerosas, mugrientas, sucias”. Canosa participó gustosa de las movilizaciones al Congreso para gritar contra el derecho al aborto legal. Entonces no le importaba «la suciedad». En su carrera desenfrenada hacia la fama no parece haber límites éticos ni morales. Y la responsabilidad alcanza a quien le habilita el micrófono porque su presencia no es inocua, es dañina.
El año pasado fue multada por tomar dióxido de cloro en su programa y asegurar que “oxigena la sangre”. Tras su recomendación, murió un niño por beber este líquido. Poco antes, organismos de protección de la infancia habían sacado un comunicado en su contra, porque la conductora dio detalles sobre la vida de una nena de 7 años secuestrada, algo “inaceptable” porque “revictimizó a la niña y a su entorno familiar».
En ese mismo canal sigue teniendo aire Antonio Laje, denunciado por varias mujeres por maltratador. Y Baby Etchecopar, condenado por discriminación y violencia de género. ¿»Ni de un lado, ni del otro?».