La mujer llegó al hospital con un embarazo de mellizos y tan solo 27 semanas. Tras dar por muerto a su hijo, lo sostuvo en brazos por dos horas seguidas.
Kate Ogg se volvió la protagonista de una conmovedora historia que recorrió el mundo entero. La mujer australiana transitaba se semana 27 cuando comenzó a entrar en trabajo de parto. Inmediatamente se dirigió al hospital para dar a luz a sus mellizos. Pero no todo salió como esperaba. Se convirtió mamá de una nena y un nene. Sin embargo, el segundo fue dado por muerto a los minutos de nacer.
Emily y Jamie; esos fueron los nombres que Kate había elegido para sus hijos. Jamás pensó tener que conocerlos tan pronto y de una manera tan inesperada. Y eso vino con complicaciones. Emily fue la primera en salir del vientre materno. Al ser prematura, los problemas eran una posibilidad. De esta manera, los médicos lograron estabilizar a la pequeña.
Con Jamie no sucedió lo mismo. Estuvieron 20 minutos haciendo maniobras para lograr salvar su vida. Hasta que consensuaron que el momento había llegado. Dictaminaron que el bebé había muerto.
La noticia quebró por completo a Kate, quien decidió despedirse del recién nacido. Lo tomó en brazos y permaneció allí por dos horas. La criatura estaba apoyada en su pecho desnudo, mientras su madre le hablaba.
Kate contó cómo fueron esas horas de puro dolor: “Le dijimos cuál era su nombre y que tenía una hermana. Le dijimos las cosas que queríamos hacer con él cuando creciera”.
Y al parecer, Jamie escuchó. De repente el pequeño suspiró. Su madre notificó a los médicos lo sucedido y ellos le dijeron que se trataba de un acto reflejo. Pero ella no se cansó; comenzó a darle leche materna. A los pocos minutos, el bebé se movió y abrió los ojitos. Los presentes estaba completamente anonadados.
“No puedo creerlo”, repetían una y otra vez.